Comer frutas, verduras, y menos grasas, mejora las probabilidades de embarazo. Es lo que concluye un nuevo estudio publicado en la revista Human Reproduction, que destaca la importancia de comer sano en aquellas parejas que deseen tener hijos en el corto plazo.
La investigación estudió durante un mes la dieta de más de cinco mil mujeres que buscaban ser madres y descubrió que aquellas que comían fruta de manera habitual tardaron casi dos semanas menos en lograr un embarazo que las que se alimentaban mal (consumir comida chatarra cuatro o más veces a la semana y escasa fruta).
Jessica Grieger, investigadora de la Universidad de Adelaida y quien lideró el estudio, explica a El Mercurio que la comida rápida contiene altos niveles de grasas saturadas, sodio y azúcar, componentes que tienen un efecto tóxico en los ovarios y alteran la calidad de los ovocitos, lo que finalmente retrasa la fecundación.
"En cambio, las frutas y los vegetales tienen antioxidantes y fotoquímicos que pueden beneficiar la fertilidad", destaca Grieger.
Un nuevo estilo de vida
La mejor forma de prepararse para ser padres es llevar un estilo de vida saludable. Así lo indica Néstor Lagos, ginecólogo experto en nutrición y metabolismo de la Clínica Alemana.
Y la dieta es solo uno de los factores para lograrlo."El consejo es que coman en forma ordenada y a su hora, y que gasten suficiente energía a través de la actividad física; tiene que ser algo más allá de la alimentación", explica Lagos.
La recomendación es igual de importante para ellos, porque las moléculas tóxicas de la comida rápida también deterioran la calidad de los espermios.
"Aunque son diferencias modestas, en hombres también hay estudios que muestran una mejor calidad seminal y fertilidad en quienes llevan una dieta sana", cuenta el doctor Reinaldo González, especialista de medicina reproductiva de la Clínica Monteblanco.
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"Se recomienda a las parejas que mantengan una dieta equilibrada, que hagan deporte, que no fumen. En resumen, que modifiquen sus hábitos de vida", finaliza el especialista.
La investigación de la Universidad de Adelaida analizó la alimentación de 5.598 mujeres durante un período de tiempo. Entre las que consumieron menor cantidad de fruta, el riesgo de infertilidad aumentó de un 8% a un 12%, y entre las que optaron por comida chatarra cuatro o más veces a la semana, el riesgo de infertilidad pasó de un 8% a un 16%.