Estudio en ratones trata de explicar cómo nos damos por vencidos

Investigación de la Universidad de Washington señala que, en determinado momento, el mismo cerebro genera toxinas que apagan la dopamina, sustancia relacionada con la motivación

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¿Por qué nos damos por vencidos? Más allá de la multiplicidad de factores en cada situación específica, sí hay algo que pasa en el cerebro cuando se dice “hasta aquí”; al menos, así pasa en los ratones.

Científicos de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Washington, en Estados Unidos, son conscientes de que un estudio en roedores no necesariamente implica que sucede lo mismo en el ser humano, pero señalan que puede dar pistas.

¿Y cuáles son esas pistas? La clave está en un tipo específico de neurona que genera sustancias que “apagan” una hormona llamada dopamina, que está relacionada con la motivación.

Los resultados de estudio fueron publicados en la más reciente edición de la revista Cell.

Paso a paso

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores pusieron a los ratones a buscar cubos de sacarosa (azúcar). Estos animales debían meter su hocico en una pequeña puerta para obtener su recompensa.

Al principio el procedimiento fue sencillo, pero los científicos lo fueron complicando poco a poco, hasta que los roedores se fueron dando por vencidos.

Los investigadores monitorearon la actividad cerebral de estos mamíferos en todo momento.

Los registros de actividad neuronal revelaron que estas neuronas de “desmotivación” o “frustración” se volvieron más activas cuando los ratones dejaron de buscar sacarosa.

Estas células se conoce como neuronas de nociceptina, las cuales se activan mucho justo antes de que un ratón alcance su punto de rendirse. Ellas emiten nociceptina, una molécula que suprime la dopamina.

Estas neuronas están localizadas cerca de un área cerebral llamada área tegmental ventral. Esta área contiene neuronas que liberan dopamina durante actividades placenteras. Anteriormente, ya se había estudiado el sistema de liberación de dopamina, pero nunca la forma en la que esta se “apaga”.

“Estamos hablando de un ángulo completamente nuevo en esta región cerebral”, comentó en un comunicado oficial Christian Pedersen, colíder de la investigación.

“El gran descubrimiento es que hay neurotransmisores complejos que tienen un efecto robusto en el comportamiento animal”, añadió.

Posibles aplicaciones para los humanos

Los investigadores son conscientes de que lo visto en ratones no necesariamente aplica para las personas, pero sí da hipótesis sobre las cuales trabajar.

En los mamíferos, los circuitos de neuronas relacionados con la búsqueda de recompensa están regulados por mecanismos para mantener un proceso llamado homeostasis, que busca la estabilidad en el cuerpo para compensar los cambios en el ambiente.

En los humanos se ha visto que el déficit en estos procesos regulatorios puede llegar a tener manifestaciones como la depresión, cuadros de ansiedad y trastornos de la conducta alimentaria.

Este descubrimiento podría ser la puerta de entrada para ayudar a personas cuyas neuronas de motivación no funcionan correctamente y, por lo mismo, pueden tener más trastornos emocionales o darse por vencido con más facilidad.

“Podemos pensar en diferentes escenarios donde las personas no estén motivadas, como la depresión, y bloquear estas neuronas y sus receptores para que logren sentirse mejor, también podría ayudar a pacientes a combatir adicciones”, destacó Michael Bruchas, uno de los investigadores.

Sin embargo, se mantienen cautos e indican que faltan muchos años de estudio antes de poder ofrecer una respuesta a estas personas.