Las mascarillas forman parte de nuestra vida cotidiana desde mediados de 2020. Sin embargo, las mejores formas de usarlas para que su eficacia sea mayor siguen bajo estudio constante.
Ante la aparición de variantes más contagiosas del virus que produce la covid-19, los científicos analizan formas más eficaces y seguras de utilizar dicho implemento.
En Estados Unidos, el Centro de Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) señala que habría más protección si se usa una mascarilla quirúrgica y, encima de esta, una de tela de tres capas.
Algunos países europeos, como Noruega, están valorando esa posibilidad. En España, las autoridades sanitarias más bien subieron sus exigencias de calidad para las mascarillas.
¿Qué debemos hacer en Costa Rica? La infectóloga pediatra y exministra de Salud, María Luisa Ávila, considera que, ante las condiciones actuales de la enfermedad en nuestro país, no es necesario usar dos mascarillas.
“La recomendación para Estados Unidos es muy inicial y es para ciertas circunstancias. Ellos están en un momento muy diferente de la pandemia que nosotros”, expresó.
En este momento, nuestro país tiene un registro bajo de infecciones: la tasa de contagio lleva cuatro semanas a la baja, según la Universidad Hispanoamericana.
Para Ávila, lo más importante es portar un solo cubrebocas de forma correcta. “Usted podrá usar cinco mascarillas, que si no las usa bien no lo van a proteger”, aclaró la especialista.
Evidencia en constante revisión
Las primeras evidencias, a inicios de la pandemia, apuntaban a que las mascarillas hacían que si una persona portaba el virus sin saberlo esta no pudiera infectar a alguien más, y, de hacerlo, los síntomas fueran más débiles porque la cantidad de virus ingresando a la persona sería menor.
Estudios posteriores señalaron que estos dispositivos posiblemente también protegerían a un individuo sano de la infección.
Eso sí, para lograr su cometido, las mascarillas de tela o reutilizables deben tener al menos tres capas y las quirúrgicas solo pueden ser utilizadas una vez y luego desechadas.
No obstante, de nada sirve la mejor mascarilla si la persona no sabe utilizarla bien.
“Hay que usar mascarillas, pero no solo eso; saber cómo usarla, y saber que esto no sustituye el lavado de manos, ni el distanciamiento físico”, enfatizó Lizbeth Salazar, decana de la Facultad de Medicina de la Universidad de Costa Rica (UCR).
“Las mascarillas no solo evitan que la saliva le llegue directamente a la gente, también evitan que la depositemos en superficies como mesas, en donde la gente pueda tocar directamente al virus y luego llevarse las manos a la cara”, agregó.
Salazar da un ejemplo: si llueve y no tenemos paraguas y buscamos taparnos la cabeza con un pañuelo, nos vamos a mojar, si usamos dos pañuelos, la diferencia no será mucha, porque el segundo pañuelo se mojará y nos mojará a nosotros. Pero si usamos un solo paraguas o una sola capa impermeable nuestra cabeza estará mucho más protegida.
En otras palabras, no es un tema de cantidad sino de calidad. Por ello, las tres capas de una mascarilla son imprescindibles.
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¿De dónde viene la recomendación de dos mascarillas?
Hoy, la ciencia se concentra en ver formas de que la mascarilla pueda protegernos más ante un virus que podría tornarse cada vez más escurridizo.
Un estudio de simulación realizado durante el mes de enero por el CDC y difundido este miércoles, estudió la eficacia de las mascarillas en tres circunstancias.
1- Una mascarilla quirúrgica de tres capas, sin ajustar.
2- Una mascarilla quirúrgica ajustada a la cara, para ello se hace un nudo en las tiras al final de estas, al llegar a la parte “sólida” de la mascarilla. Así se asegura el no permitir el paso de aire.
3- El combinar una mascarilla de tela de tres capas que se use por encima de una desechable o quirúrgica. La mascarilla de tela debe presionar la desechable de manera que la “fije” en la piel.
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Se hicieron dos experimentos. En ambos se utilizó un prototipo de una cabeza humana flexible. A través de una boquilla, se simulaba la boca humana y sus movimientos normales.
En el primer experimento se simuló la tos y midió cómo viajaban las gotículas de saliva y los aerosoles (gotas más pequeñas que quedan suspendidas en el aire).
Los investigadores vieron que una mascarilla quirúrgica sin ajustes bloqueaba el 42% de las partículas de la tos simulada.
La mascarilla de tela bloqueó el 44,3% de las partículas y la combinación de ambas mascarillas bloqueó el 92,5%.
En el segundo experimento se midieron las gotículas y aerosoles en interacciones normales, como hablar o respirar, tanto si la persona que emitía los aerosoles estaba con mascarilla y otra persona cercana no lo estaba.
También se analizó lo sucedido cuando quien emitía los aerosoles no tenía mascarilla puesta y la otra persona, sí. Y, finalmente, se observó lo sucedido cuando ambas personas tenían mascarilla.
En este caso, se determinó que el ajustar la mascarilla desechable filtró el 82,2% de los aerosoles cuando la persona que emitía los aerosoles estaba con dos mascarillas y otra persona no lo estaba, y bloqueó un 64,5% si se tenía una mascarilla fijada.
Por su parte, si los aerosoles salen de una persona sin mascarilla y hay una persona con mascarilla cerca, se filtraba un 64,5% con la mascarilla ajustada y un 83% con doble mascarilla.
Si ambos usuarios tenían la mascarilla fijada, los aerosoles se dejaban de emitir en un 95,9% y con doble mascarilla, en un 96,4%.
Ávila explicó que, como los respiradores N95 escasean, en los centros médicos hay personal que utiliza una mascarilla encima de estos para alargar su vida útil, pero no para tener mayor protección.
“Pero en otras circunstancias usted verá que en los hospitales solo usamos una mascarilla”, enfatizó la pediatra.
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Cautela
Los investigadores del CDC indican que su estudio tiene limitaciones y hay otros factores que deben tomarse en cuenta.
Por ejemplo, hay muchos niveles de mascarillas de tela, y no todas funcionan igual.
Por otra parte, lo que sucede en un laboratorio no necesariamente sucede de la misma forma en la vida real con condiciones de viento, aire, temperatura, y dinámicas humanas.
Solo el hecho de que sea un ser humano quien respire o tosa y no un prototipo ya podría cambiar las cosas.
Otra limitación es que no se hicieron otras combinaciones, como dos mascarillas desechables o dos tela.
Tampoco se probó qué pasaría si la mascarilla desechable está por encima de la tela; solo se probó con la desechable en contacto directo con la piel.
Además, estas recomendaciones no funcionan para los niños, cuyas facciones son más pequeñas y delgadas.
Otra razón por la que debe verse con cautela es que también hay dificultades en su uso y posibles obstáculos para algunas personas.
“Usar dos mascarillas puede dificultar la respiración u obstruir la visión periférica en algunos usuarios. Y hacer nudos y fijar la mascarilla puede alterar la forma de este implemento de manera que no cubra toda la nariz o boca de algunas personas”, cita el documento.
Otro detalle importante: si se usa un respirador N95 o KN95 no es necesario utilizar una mascarilla adicional.
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¿Cómo protegerme mejor?
Sí hay consejos que usted puede seguir para mejorar la eficacia de esta protección contra la covid-19.
El primero es asegurarse de que la mascarilla le cubra la nariz, la boca y toda la barbilla. Además, es vital que esta quede bien fija y no se le mueva.
“Yo he visto personas que ‘cruzan’ las tiras en las orejas, de manera que formen una equis. El problema con esto es que tal vez usted la sentirá más fija en su nariz, pero se hacen huecos en las mejillas y por ahí el aire puede pasar. Eso da una sensación de falsa seguridad”, destacó Ávila.
Si a usted le quedan grandes estos dispositivos lo recomendable no es cruzar las tiras, sino mandar a hacerlos a la medida o comprar ajustadores de manera que estos se fijen.
Ahora, hay una posibilidad en la que sí sea mejor usar dos de estos implementos de protección: cuando este no tenga las tres capas, y, por el contrario, tenga solo una o dos. Sin embargo, es preferible usar uno solo de tres capas.
Mejore la eficacia de su mascarilla
La mascarilla es una de las mayores formas de protección contra la covid-19. Sin embargo, un mal uso baja la efectividad. También hay formas de aumentarla.
FUENTE: CDC || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.
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