
Es un lugar que muchos recorren todas las semanas. Su oferta es tan grande y variada que puede ser el mejor aliado para una alimentación saludable o la barrera más grande para conseguir salud.
Es por eso que la semana anterior, nutricionistas estuvieron en pasillos de supermercados para aconsejar sobre cómo comprar.
La Nación recopiló varias sugerencias para que este lugar sea un aliado en su lucha por una mejor salud y no el culpable de unos kilos de más.
“El consejo de no ir de compras con el estómago vacío es importantísimo. Es bueno comer una merienda ligera antes. Si no, será mucho más fácil caer en antojos o cosas que no son precisamente muy saludables”, comentó la nutricionista Mariel González.
“También es importante el llegar al supermercado con una lista escrita de lo que vamos a necesitar. Si no, es más fácil desviarse y comprar cosas que no necesitamos y olvidar las que sí son verdaderamente saludables”, agregó.
Algo que hace la tarea de estas compras más difícil es que las opciones más saludables pueden estar justo a un lado de una no tan saludable. O que algo tan a simple vista inocente como una fruta dulce puede no ser tan beneficiosa en personas con diabetes.

Sin embargo, no debe pensar únicamente en términos de calorías. Hay cosas que aunque tengan más calorías, son más nutritivas que otras que poseen pocas calorías. Al leer la etiquetas, deben tomar en cuenta las proteínas, vitaminas y minerales.
“Las calorías solo indican la cantidad de energía que le brindan a la persona, y que es posible que sí logren que se sienta satisfecha y se le quite el hambre, pero esto no significa, en ninguna medida, que la persona tenga todos los nutrientes que su cuerpo necesita”, dijo en una entrevista anterior el especialista en Nutrición, Hans Biesalski.
“Si usted come hasta estar satisfecho, pero no le da los nutrientes necesarios, usted estará desnutrido y tendrá algo conocido como ‘hambre oculta’ o ‘desnutrición oculta’”, añadió.
En este sentido, Biesalski dice que algo como una ensalada con pollo asado, queso blanco y diferentes tipos de verduras puede tener unas 400 calorías, pero esto es mucho más sano que una barra de chocolate de 350.
Así, las proteínas de algunas carnes y lácteos son vitales. Sin embargo, dadas sus características, deben permanecer refrigerados. Por ello, se aconseja que sean lo último que usted tome para no romper mucho la cadena de frío, y también que no se coloquen en la joroba del carro, pues es donde más calor se concentra.