Aunque mejoraron en sus prácticas verdes en comparación al 2013, los costarricenses aún mantienen un desempeño medio en cuanto a adoptar medidas ambientales en sus hogares.
Esta es una de las conclusiones de la encuesta de opinión Compromiso ambiental de la población costarricense realizada por el Centro de investigación en Administración, Economía y Gestión Tecnológica del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC).
La encuesta consultó, vía telefónica, a 511 personas mayores de 18 años en todo el territorio nacional. La recolección de información se hizo entre abril y mayo de 2015.
Para medir el compromiso ambiental, los investigadores utilizaron cuatro indicadores: ahorro de electricidad a partir del uso de bombillos eficientes, ahorro de agua por utilización de dispositivos para reducir el gasto, separación de residuos sólidos y hábitos responsables de compra al adquirir productos ecológicos o biodegradables.
Los resultados en esos cuatro indicadores derivan en la calificación del desempeño en una escala entre 0 y 100. En este sentido, los ciudadanos costarricenses tuvieron una nota de 67, un tanto mayor a la obtenida en 2013 (63) y 2010 (62).
"El crecimiento en el indicador de compromiso ambiental se debe a que ha mejorado la conducta de separación de residuos sólidos", explicó José Martínez, investigador del TEC.
Por otro lado, y según Martínez, se sigue debiendo en cuanto a la compra de dispositivos para el ahorro de agua y productos ecológicos o biodegradables. Esto ha contribuido a mantener el desempeño en un punto medio desde 2010.
Otro resultado se relaciona a la participación de las personas en campañas en beneficio de la naturaleza como recolección de basura, limpieza de parques y ríos o siembra de árboles. Si en el 2013 el 35% de los encuestados afirmaron que sí participaban de estas iniciativas, en el 2015 este porcentaje fue 29%.
Para Lilliana Abarca, investigadora del TEC, muchas de estas acciones son promovidas por organizaciones no gubernamentales y la reducción de fondos provenientes de la cooperación internacional ha impactado la cantidad de eventos de este tipo que se realizan en el país.
"A eso se suma la poca información. Mucha gente puede tener la voluntad de ir a sembrar árboles, pero no sabe donde ir", dijo Abarca.
No obstante, la investigadora reconoció que la empresa privada -a través de sus programas de voluntariado y responsabilidad social- contribuyen cada vez más a esta educación ambiental.
"El desempeño ambiental es una suma de esfuerzos individuales e institucionales, pero también tiene que ver con la cultura de la gente", manifestó Martínez.