Si los océanos fueran un país, serían la sétima economía más rica del mundo, tan solo detrás de EE. UU., China, Japón, Alemania, Francia y Reino Unido.
90%
de las poblaciones de peces están sobreexplotadas
50%
de los corales han desaparecido
29%
de los pastos marinos ya no existen
Lo anterior, gracias a los bienes y servicios que ofrecen sus ecosistemas, como las pesquerías, la navegación, la producción de oxígeno y la protección ante huracanes.
De hecho, los océanos tendrían un producto interno bruto (PIB) que asciende a los $2,5 billones anuales. Y, si fuera un bien, su valor sería 10 veces mayor, para llegar a $24 billones.
Así lo reveló el estudio Reviviendo la economía del océano: la necesidad de actuar en 2015, elaborado por la organización World Wildlife Fund (WWF) con colaboración del Instituto de Cambio Global de la Universidad de Queensland, Australia y The Boston Consulting Group (BCG) de Estados Unidos.
“Es importante remarcar que esto es una subestimación, ya que producciones que no son generadas por el océano (por ejemplo, el petróleo y el gas costeros y la energía eólica) fueron excluidas, al igual que sus beneficios intangibles, tan valiosos como el rol del océano en la regulación del clima”, aclararon los autores.
El trabajo desarrolló una revisión exhaustiva del valor de los activos de los océanos y analiza su papel como motor económico, a la vez que evidenció las amenazas que lo empujan al colapso.
La contaminación, sobreexplotación de los recursos y el cambio climático que provoca la acidificación de sus aguas, están deteriorando esos activos.
Según el informe, más de dos terceras partes del valor anual que ofrecen los océanos depende de la salud de sus ecosistemas.
Actualmente, el 90% de las poblaciones globales de peces están sobreexplotadas; la tasa de deforestación en manglares excede, de tres a cinco veces, la pérdida de bosques terrestres y, el 50% de los corales en el planeta han desaparecido. Si el calentamiento global se mantiene al ritmo actual, para el 2050 desaparecerán completamente. Tras de eso, un tercio de los pastos marinos, de los que dependen especies como las tortugas marinas, ya se han perdido.
“Los océanos son nuestra cuenta global de ahorros, de la cual seguimos haciendo únicamente retiros. Continuar con este patrón conduce a un solo lugar: la quiebra. Es hora de reinvertir y proteger este bien común del mundo”, dijo Brad Ack, vicepresidente de océanos de WWF.
Acciones. Ante este panorama, WWF propone varias medidas. Una de ellas es incluir el tema marino en la Agenda Post 2015 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Precisamente, la meta 14 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que impulsa la ONU –que serán adoptados en una cita en Estados Unidos en setiembre– compete a los océanos.
Para la WWF, este objetivo debe aún definir indicadores como destrucción de los hábitats, la sobrepesca, la pesca ilegal y la contaminación marina, para así medir el impacto, tanto del deterioro al que se exponen los ecosistemas marinos, como la efectividad de las acciones tomadas para salvarlos.
“Si se alcanzan estos objetivos, se sentarán las bases para acciones internacionales coordinadas y sin precedentes, lo cual es crucial para dirigir nuestro océano hacia un futuro más sostenible”, destacaron los autores en el resumen ejecutivo del trabajo.
Igualmente, urgieron a visibilizar el papel de los océanos entre los temas por tratar en la próxima Conferencia de las Partes sobre la Convención de Cambio Climático (COP21), la cual se realizará en diciembre en Francia.
El reporte también aboga por la creación de más áreas marinas protegidas, para lograr conservar el 10% de los mares.
“El mensaje es claro: estamos agotando nuestros activos oceánicos, y empujaremos la economía del océano hacia números rojos si no respondemos ante esta crisis como una comunidad internacional. Un contable o un presidente ejecutivo prudente no esperaría hasta el siguiente informe financiero para corregir el curso. Actuaría ahora”, se señala en el documento.