¿Qué se puede hacer para reutilizar los desechos industriales de madera, que en muchos casos, son quemados para hacer funcionar las calderas de las fábricas y que, por lo tanto, contribuyen a liberar grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera? Tres jóvenes costarricenses se plantearon esa inquietud e idearon una "amigable" solución.
La propuesta de las muchachas es usar esos restos maderables para fabricar cómodos y estéticos bolsos.
La iniciativa ya cuenta con una marca, Caryocar –en alusión a la especie de árbol Caryocar costaricense– y hasta ganó una mención honorífica, equivalente al segundo lugar, en el certamen Joven Emprendedor Forestal, realizado en México en mayo de este 2017.
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Las creadoras son tres estudiantes del Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR): María Fernanda Pereira, Rudy Daniela Bello –alumnas de la carrera de Ingeniería Forestal– y Elia Estrada, de Ingeniería en Diseño Industrial.
Tanto Pereira como Bello viajaron a tierra azteca entre el 21 y el 26 de mayo a defender su propuesta, la cual, entre 120, resultó finalista, junto con siete proyectos más de Latinoamérica y México.
Estrada no asistió por razones personales.
"Ahí logramos entender el potencial que uno, como estudiante costarricense, tiene", expresó Pereira.
El primer lugar del concurso lo ganaron unos jóvenes peruanos, creadores de una mermelada hecha a base de tora (protuberancia que se forma en algunos robles).
El innovador producto es un sustituto natural de la peptina, sustancia química que se emplea en la industria alimentaria como espesante.
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Dos estilos
Por el momento, las muchachas costarricenses cuentan con dos prototipos de bolsos: uno hecho con teca, y barnizado, y otro de melina, en acabado natural.
Ambos modelos presentan detalles en cuero, también obtenidos de los sobrantes en las peleterías (lugares donde se trataba ese material), así como cadenas para poder colgar el producto en el brazo de la usuaria, y abalorios a manera de adornos.
Un producto paso a paso
El proyecto de los bolsos comenzó en el curso de Manufactura, contó María Fernanda Pereira, quien echó a andar la iniciativa porque una de las asignaciones de la materia era innovar con una creación en madera.
"Una compañera y yo vimos la propuesta como prometedora, porque acá no habíamos visto bolsos de ese tipo. El profesor llevó un diseñador industrial, para ver si la propuesta que llevábamos se podía ejecutar, y la hicimos", afirmó Pereira.
Para entonces, no se habían sumado a la fértil iniciativa ni Rudy ni Elia, pero ya se gestaba la idea del negocio.
"Nosotras manufacturamos todo el bolso. Hicimos las piezas, buscamos la madera. Luego lo armamos, contando cuántas piezas tenían que ser, dándoles la forma. Eso con la maquinaria del aserradero que está a disposición de los alumnos de Ingeniería Forestal aquí en el ITCR", aseveró Pereira.
Más adelante, en la materia llamada Mercadeo y Comercialización, María Fernanda se topó con Rudy Bello y el plan tomó nuevos bríos.
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"En ese curso fue cuando ya empezamos a darle forma, porque, al principio, lo que teníamos era un producto sin un análisis de nada. De hecho, ahí surgió el nombre del proyecto", recordó Bello.
Poco a poco, todo se fue acomodando y las muchachas lograron producir una especie de comercial promocionando los bolsos. Esto con la ayuda de un compañero de otra ingenieria, quien empleó un dron para tal fin.
Fue entonces cuando, motivadas por el profesor Diego Camacho, quien impartía esa materia, se echaron al agua al inscribirse en el concurso. Este es gestado por la organización no gubernamental Reforestemos México, que motiva a los jóvenes del sector forestal a llevar a cabo sus ideas.
Ya en una etapa más avanzada, se sumó Elia Estrada, quien como diseñadora, dio vida al logo de Caryocar.
Listas para 'la incubación'
Según comentaron las estudiantes, más adelante, el objetivo es trabajar otros diseños con maderas como laurel, pilón y cedro, e imprimir mejores acabados en los bolsos.
Sin embargo, están claras en que, por el momento, quieren perfeccionar los que tienen y colocarlos en el mercado lo antes posible.
De hecho, dentro de poco, su idea será acogida por Emprende TEC, una incubadora que las ayudará a potenciar su negocio.
Uso de maderas en el país
Según el Censo Nacional de la Industria Forestal Primaria de Costa Rica 2011, del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), el consumo nacional de madera que se procesa en aserraderos y demás sitios al año es de 697.089 metros cúbicos (m³).
De ese total, entre el 35% y el 50%, o sea, unos 348.5445 m3 se pierden; es decir, terminan en residuos.