Ajooni, un bebé koala, fue rescatado tras la muerte de su madre en una carretera de Sídney, la causa más común de mortalidad de koalas en Australia. La expansión urbana, la destrucción de su hábitat y la clamidia están devastando la población de estos emblemáticos marsupiales.
En los últimos dos años, la asociación Wires, donde Emma Meadows es voluntaria, rescató a 40 koalas víctimas de accidentes de tráfico, pero se estima que la cifra real es mucho mayor. Actualmente, quedan entre 95.000 y 524.000 koalas en Australia, una caída drástica comparada con los millones que habitaban el país antes del siglo XVII.
En 2022, el gobierno australiano declaró oficialmente a los koalas de la costa este como una especie “en peligro de extinción”. Meadows se muestra pesimista sobre su futuro: “Creo que nos dirigimos a la extinción. Me temo que es demasiado tarde”. En la misma línea, Annabelle Olsson, directora del Hospital de Conservación de la Fauna de la Universidad de Sídney, advierte que los futuros nietos solo verán koalas en zoológicos, si tienen suerte.
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Australia presenta el mayor índice de extinción de mamíferos en el mundo, con más de 100 especies desaparecidas en los últimos 123 años, según los científicos. Tanya Plibersek, ministra de Medio Ambiente, llamó a su país la “capital mundial de la extinción de mamíferos”.
A pesar de las regulaciones para proteger los hábitats de los koalas, se sigue talando su entorno natural. La clamidia, una infección bacteriana que afecta a los koalas desde hace 50 años, devastó comunidades enteras, causando ceguera, infecciones, esterilidad y muerte. Aunque hay regiones sin la presencia de clamidia, los científicos temen que esas zonas puedan ser infectadas pronto.
Un equipo liderado por Samuel Phillips, investigador de la Universidad de Sunshine Coast, trabaja en una vacuna contra la clamidia. En los últimos 10 años han vacunado a 165 koalas, reduciendo en un 64% el riesgo de muerte por esta enfermedad. Phillips destaca un ensayo exitoso en Queensland que permitió la recuperación de una población local de koalas que estaba al borde de la extinción. Sin embargo, advierte que es necesario abordar también la deforestación, un factor clave en la disminución de los koalas: “Si no protegemos y ampliamos su hábitat, desaparecerán”.
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