Recorrer los más recónditos lugares de Costa Rica, le ha permitido a Josué Jiménez, de 27 años y vecino de Heredia, descubrir no solo los secretos naturales del país, sino también, impresionarse por las grandes montañas de basura que las personas dejan a su paso.
"Hasta en el Parque Nacional Corcovado, uno de los más lindos y escondidos, encontramos desechos, con el agravante de que ahí no pasa el camión de basura, tampoco hay alguien que se la lleve", contó con preocupación.
Esta experiencia fue justamente la que motivó a Josué a hacer algo al respecto y plantearse la meta de recoger la basura que abunda en los destinos turísticos. La iniciativa la promueve en redes sociales y ha encontrado eco en familiares, amigos y hasta desconocidos.
"¿Cómo es posible que veamos basura ahí y no nos responsabilicemos por ella?, aunque ese lugar no lo hayamos ensuciado nosotros, al final de cuentas, se pone más feo", reflexionó el muchacho.
Entusiasmado con la idea, Josué bautizó a su proyecto con el nombre de Enviajarme. Ahora, cada fin de semana que puede, el joven, junto con quienes deseen ser parte de sus andanzas, visita un destino diferente, lo disfruta a plenitud y recoge con bolsas todo lo calificado como desecho.
"Hemos sacado de todo, a veces hemos salido de algún lugar hasta con una llanta", confesó.
A finales de mayo, Josué pudo darse cuenta de la buena acogida que ha tenido su iniciativa en las redes sociales, luego que un grupo de personas le contactara para liderar, con éxito, una expedición al cerro Pico Blanco, en Escazú.
"Empezando la caminata dijimos: ' vamos a ir a pasear y la idea es que sea un viaje sustentable, que no dejemos basura y que más bien vayamos recogiendo lo que nos encontramos'. Por dicha, todo el mundo quedó con el mensaje grabado y mostró entusiasmo por la actividad", recapituló.
Para el mes de julio, él y sus amigos, planean realizar un paseo a la península de Nicoya para observar el espectáculo de bioluminiscencia que ahí se produce y está asociado con microalgas o bacterias que tienen la capacidad de convertir la energía química en luz.
"Este fenómeno se puede ver en la reserva biológica Curú, pero solamente bajo luna nueva, o sea, cuando está completamente oscuro, entonces se produce un brillo, son como luciérnagas de mar. Lo increíble es que las personas viajan a Cancún o Filipinas para ver esto, sin saber que aquí también se da", indicó.
Jiménez pretende aprovechar esta aventura para también llevar a cabo una limpieza en varias playas de la zona y participar de una reforestación en Paquera, con los bomberos locales.
"En un fin de semana hiciste: limpieza, tour, viste un evento único como bioluminiscencia y también reforestaste", contó entusiasmado.
Correr con conciencia limpia
Lo que hace Josué guarda cierta similitud con una práctica conocida como plogging, que consiste en recolectar desechos mientras se corre.
La iniciativa surgió en Estocolmo, Suecia, pero ya se expande en otras naciones como Costa Rica.
En nuestro país el equipo Holistic Runners es uno de los que ha incorporado esta actividad a sus recorridos, aprovechando el deporte como medio de ayuda ambiental.
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“La idea es que poco a poco todos se vayan sumando. El efecto colateral es que la gente se va a dar cuenta de la gravedad del problema y será más cuidadosa. No es hacerlo porque me vean ni para figurar, si no que se genera un impacto positivo”, dijo Pablo Mena, entrenador de Holistic, tras finalizar en marzo pasado un recorrido de La Sabana hasta paseo Colón.