En la zona norte de Guanacaste, específicamente en los cantones de Liberia y La Cruz, el inicio de la temporada lluviosa fue el 17 de setiembre, cuatro meses más tarde de lo usual. Tras que a los guanacastecos les costó que lloviera, las precipitaciones finalizaron el 27 de octubre.
"Lo que significa que la duración fue apenas de un mes y 10 días, lo cual definitivamente se trata de la temporada lluviosa más corta en por lo menos los últimos 75 años", dijo Luis Alvarado del Instituto Metereológico Nacional (IMN) a La Nación.
Asimismo, Alvarado agregó: "Desde el 28 de octubre se viene registrando un descenso gradual de las lluvias, lo que nosotros llamamos el periodo de transición hacia la temporada seca. El inicio de ese periodo de transición efectivamente es signo del final de la temporada lluviosa, mientras que el final de la transición es signo del inicio de la temporada seca. Esta transición aún está vigente".
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En este momento, el país está bajo la influencia de El Niño, el cual alcanzó en setiembre pasado sus niveles más altos desde su antecesor de 1997.
De hecho, este evento está entre los tres más intensos desde 1950. Si lo normal son dos eventos por siglo, en los últimos 30 años se han presentado tres: 1982-1983, 1997-1998 y 2014-2016.
El fenómeno El Niño – Oscilación del Sur (ENOS) nace de la interacción de las aguas superficiales del océano Pacífico con la atmósfera. Cuando se presenta un calentamiento anormal de las aguas, se le llama El Niño.
"El Niño intensifica las características naturales del país. Sabemos que Guanacaste es una zona donde llueve poco; pues con El Niño se vuelve más seca", señaló Alvarado durante su ponencia en el Foro sobre Uso Sostenido del Agua, que tuvo lugar en octubre el auditorio Manuel Jiménez, del Grupo Nación.
Liberia, por ejemplo, presentó un déficit de lluvias del 80% entre enero y setiembre de este año en comparación con el promedio histórico.
Se prevé que el fenómeno alcance su máxima intensidad en los meses de diciembre y enero.