Cambio climático ya muestra sus efectos dañinos en Bahía Ballena

Erosión costera, lluvias más intensas, así como la muerte de los corales, son algunas de las consecuencias que se pueden observar en el parque nacional. A futuro hasta podría darse una disminución en las visitas de cetáceos y otros animales marinos

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En el Parque Nacional Marino Ballena (PNMB) los efectos del cambio climático son más que evidentes, e incluso ya son resentidos por la biodiversidad marina que habita o visita esta importante área silvestre protegida, y también por las comunidades aledañas, que dependen, en gran medida, del turismo generado por la riqueza natural del sitio, ubicado en la provincia de Puntarenas.

“Somos conscientes de los efectos del cambio climático”, dijo Rafael Sánchez, jefe de operaciones de la empresa Bahía Aventuras.

“Nosotros lo sentimos, cada día hay tormentas muy fuertes, que no solo tienen que ver con la lluvia y la rayería, sino también con el oleaje, este se ha tornado más fuerte, con marejadas muy grandes. Esto afecta la operación de los tours, por la cancelación de viajes", agregó.

Ante esta problemática, la Fundación Keto desarrolla en la zona un proyecto de mitigación para lidiar con los efectos del cambio climático, involucrando a vecinos, empresas, organizaciones y guardaparques, entre otros actores.

“Basta caminar por playa Chamán en el Parque Nacional Marino Ballena, en dirección al tómbolo de Uvita o cola de la ballena, para percatarse de las raíces expuestas de las palmeras así como su resequedad e inclinación. Lo que ocurre a esas palmeras es síntoma de erosión costera", advirtió la organización por medio de un comunicado.

“Este fenómeno se da cuando se incrementa el nivel del mar, debido al aumento de la temperatura superficial del agua, lo cual provoca mareas extraordinarias”, añade.

El aumento del nivel del mar se traduce en mareas más altas que llegan más adentro en la línea costera. Las olas rompen con más energía y lavan el sustrato alrededor de las raíces de las palmeras, las cuales pierden su soporte y caen.

Al quedar el suelo desprotegido de vegetación, es más susceptible a perder sedimentos y, por tanto, se va acortando centímetros de playa que el mar va ganando.

“No contamos con una marina o puerto en la zona, generalmente tenemos que lanzar las embarcaciones a la orilla y usar una carreta para montar las embarcaciones, esa orilla, el mar le va quitando terreno, cada vez se pone más difícil el ingreso, va a llegar un momento en el que no vamos a tener un acceso a la playa, eso es preocupante”, expresó Sánchez.

“Esa porción de arena suena como algo pequeño, pero es de suma importancia para las 22 empresas que hay aquí y mueven la economía de esta comunidad y las aledañas”, apuntó.

Pero esta no es la única consecuencia perceptible, también genera preocupación entre los expertos, el blanqueamiento de los corales, lo cual ocurre cuando estos son expuestos a temperaturas más altas de las que están acostumbrados.

Los pólipos son los animales que conforman el coral y viven en simbiosis con pequeñas algas que le suministran alimento y color, cuando la temperatura del agua aumenta, estos pólipos se estresan y expulsan a las microalgas. Sin ellas, el coral queda desnudo y es cuando se ve su esqueleto blanco.

Cuando la temperatura regresa a la normalidad, las algas vuelven y el coral se recupera. Pero, cuando el período de calentamiento es muy largo, las algas no vuelven y el coral muere de hambre.

“En el 2016 se dio un calentamiento mayor a los 30 °C, entonces los corales entran en estrés y las algas que viven en simbiosis con ellos y que les facilitan diferentes funciones vitales, desaparecen, entonces el coral queda blanco, a eso se le llama blanqueamiento de coral, en otras palabras, es el camino a la muerte del coral”, apuntó Catalina Molina, presidenta ejecutiva de la Fundación Keto.

Ese episodio de calentamiento de las aguas, provocó que el 94% de los corales se blanquearan, y que buena parte de los corales que están en la cola de la ballena, se murieran, de acuerdo con la experta.

“El asunto con esto, es que estas comunidades de coral que viven en el parque, son unos de los atractivos para el turismo, si perdemos comunidades de corales no solo perdemos el valor ecológico que sustentan los arrecifes, sino también el atractivo para el turismo”, explicó Molina.

¿Se podrían alejar las ballenas y los delfines?

Otra de las preocupaciones que genera el cambio climático, es que con el aumento en la temperatura de la atmósfera y del océano, muchas especies de seres vivos que son menos tolerantes a las variaciones, se desplazan a zonas más templadas.

Según Keto, los delfines, por ejemplo, comen peces que usualmente se encuentran en aguas menores a los 28°C por tener más nutrientes conocido como plancton. Si la temperatura aumenta, los peces van a desplazarse a aguas más frías y más lejanas de la costa y con ellos, los delfines que necesitan alimentarse de ellos.

Sobre este aspecto, el jefe de operaciones de Bahía Aventura, aseguró que durante el fenómeno del Niño, calentamiento de las aguas en el Pacífico, la cantidad de peces se reduce, lo cual impacta la pesca deportiva en la zona, al hacer la actividad más difícil y verse reducida la cantidad de especies disponibles. También la práctica del snorkeling, se ve afectada, por la disminución de los arrecifes durante estos periodos.

Las ballenas prefieren aguas templadas para reproducirse y tener a sus crías, pero si la temperatura aumenta, es probable que busquen otras zonas. En el caso de las tortugas, muchas de ellas se alimentan de medusas (llamadas también hilos de oro) que usualmente se encuentran en aguas templadas o frías.

El avistamiento de ballenas jorobadas en el área protegida es una de las actividades más importantes de esta zona, ubicada en el litoral pacífico. Costa Rica tiene una particularidad, ya que es visitada por dos población distintas; una que emigra desde el Hemisferio Norte y otra que lo hace desde el Hemisferio Sur.

Las provenientes del norte (desde Alaska hasta Baja California, México), se mueven de diciembre a marzo, hasta el Pacífico norte tico (Guanacaste), mientras que las del sur (Chile, la Antártida), buscan las aguas cálidas del Pacífico sur entre julio y diciembre.

Todavía no se ha podido identificar de manera certera, si los cambios en la temperatura del agua está teniendo un efecto en las ballenas y otros cetáceos, debido a que son animales migratorios. Aunque las observaciones realizadas por investigadores y hasta los mismos tour operadores, así como guías de turismo, hace pensar que en aquellos periodos cuando el agua es más caliente, se ve una menor presencia de individuos.

“La población del norte (de ballenas jorobadas), en los últimos 6-7 años hemos visto una reducción en los avistamientos, vienen buscando aguas cálidas pero resulta que más al norte de Centroamérica, tal vez en México, encuentran esas aguas, entonces no todas van a bajar hasta Costa Rica”, manifestó Sánchez.

Por lo que una hipótesis que maneja la Fundación Keto es que “las poblaciones de ballenas, también se vean afectadas”.

Medidas de mitigación

Esta problemática es la que motivó a la Fundación a desarrollar un proyecto y plantear acciones concretas de adaptación al cambio climático, para enfrentar estos impactos que se vienen dando, y preparar a las comunidades vecinas, para los efectos que se prevén ocurran en un futuro.

La iniciativa es financiada por el Fondo de Adaptación, el cual provee recursos a nivel mundial para afrontar el cambio climático, y surgió a partir del Protocolo de Kioto de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).

Molina y Sánchez expondrán estas medidas en la participación que ambos tendrán en el I Congreso Latinoamericano de Sostenibilidad, Ecología y Evolución (SEE), del 26 al 29 de setiembre en el centro de eventos, Parque Viva, situado en La Guácima de Alajuela.

El evento contará con la presencia de 134 expositores y moderadores, que expondrán sus ideas, investigaciones y propuestas bajo la modalidad de charlas magistrales, foros, conversatorios y mesa redondas. Todo enmarcado en seis ejes temáticos: cambio climático, agricultura, transporte y urbanismo, conservación, turismo sostenible y transición energética.

Los tiquetes están a la venta en el sitio web laboleteria.cr.

“Entre las cosas que planteamos, está la restauración de la línea forestal de costa, ante este problema de que los bordes de la playa se están perdiendo, lo que se está trabajando es en la reforestación y restauración de costa”, indicó Molina.

Por medio de varias jornadas de trabajo voluntario se han logrado plantar casi 1.000 palmas de coco y árboles de especies nativas para restaurar la vegetación, como una barrera para reducir un poco el impacto de la erosión.

Otro de los pilares claves del proyecto es la educación.

“Hemos percibido que la gente ve que se están dando estos cambios, pero tal vez no hay esa conexión entre lo que está occurriendo en mi playa con el fenómeno del calentamiento global. A veces la noción que tienen las personas, son las imágenes de los casquetes del polo norte derritiéndose, y que eso no nos llega acá, que no sufrimos un impacto por eso, pero ciertamente lo hay”, aseveró.

Para ello se diseñaron unos módulos didácticos para educar a jóvenes escolares y colegiales; tan solo la semana pasada se implementó con un grupo de 13 guías de la comunidad.

Otra de las propuestas que se trabaja, es la habilitación de un sendero interpretativo o temático, sobre el cambio climático, que permita convertir ese impacto en la costa en un atractivo para el turismo.

En cuanto al sendero existente, pero que casi no se utiliza, se trabaja en habilitarlo, darle mantenimiento y crear algunas estructuras para el avistamiento de aves, del paisaje, de la cola de la ballena y relatar aquello que se visibilizando.

La propuesta incluye un sistema de buenas prácticas para los operadores turísticos, por medio del Sistema Estrella Marina (Sea Star System) y que tiene que ver con medidas para la atención al cliente, seguridad, manejo de los desechos, cuido de las embarcaciones, velocidad y distancia de los cetáceos. Al final se otorga un distintivo que sirve para el mercadeo.

Según Sánchez, en Bahía Aventura se han ido preparando poco a poco, implementando un protocolo de seguridad, que incluye realizar una revisión de las mareas, por medio de las páginas que dan los avisos meteorológicos, de lluvia, mar y oleaje.

Han mejorado los radios de comunicación, mejores Sistema de Posicionamiento Global (GPS), agregando una rastreador satelital, para en caso de una tormenta tener una mayor visibilidad de donde se encuentran las embarcaciones en caso de tormentas.

Asimismo, se incentiva a las empresas a considerar medidas de compensación para los grupos de turismo que pagan por un servicio que los operadores no son capaces de brindar por alguna circunstancia, y poderles ofrecer otros atractivos turísticos.

“El cambio climático es difícil de abordar directamente, pero uno puede trabajar acciones para reducir las presiones que hacen más vulnerable al recurso que ya está expuesto a un impacto planetario", dijo Molina.