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En la metamorfosis compleja, las larvas se convierten en pupas y luego en insectos adultos. | ARCHIVO
Científicos identificaron tres proteínas que actúan, secuencialmente, en la metamorfosis de algunos insectos.
El hallazgo de los investigadores del Instituto de Biología Evolutiva de Barcelona, publicado en la revista PLOS Genetics , cobra relevancia porque, al inhibirse cualquiera de estas proteínas, el insecto no lograría convertirse en adulto. Esto permitirá desarrollar productos más eficaces para controlar determinadas plagas.
“Las tres proteínas vistas son esenciales y muy específicas para los insectos, así que inhibiendo solo una, ya se lograría controlar las plagas de cucarachas”, ejemplificó a la agencia de noticias EFE, Xavier Franch, coautor del estudio.
Las proteínas E93, Krüppel-Homolog 1 y Broad-Complejo controlan la formación de la pupa, el estado intermedio en el proceso de metamorfosis entre la larva y el adulto. “La aparición de la metamorfosis compleja y de la pupa en particular, fue una innovación evolutiva para permitir una transformación morfológica más grande y que así las formas juveniles y adultas no tuvieran que competir por las fuentes de alimento”, dijo David Martín, coautor del estudio.
Proceso. En el 2014, Franch y Martín vieron que la proteína E93 promovía la metamorfosis.
Luego, los investigadores observaron el comportamiento de las tres proteínas en diferentes etapas de desarrollo, tanto en insectos con metamorfosis simple como compleja (con pupa).
Asimismo, redujeron los niveles de las tres proteínas utilizando ácido ribonucleico (ARN) de interferencia para así ver las consecuencias.
Krüppel-Homolog 1 es la primera en actuar para controlar a E93 y, así, el insecto se mantiene como juvenil. Cuando llega el momento, Krüppel-Homolog 1 desaparece para que E93 aumente y empiece la metamorfosis.
Hasta esa etapa llegan los insectos con metamorfosis simple, pero, en aquellos con metamorfosis compleja, se da otro pico de Krüppel-Homolog 1 al final del estadio juvenil que reprime a E93. La inhibición favorece la acción de la proteína Broad-Complejo, que desemboca en la formación de la pupa.