Si está leyendo esta información en su teléfono celular o desde su computadora tendrá mucho que agradecer a los ganadores del premio Nobel de Química de este año: el alemán John B. Goodenough, el británico Stanley Whittingham y el japonés Akira Yoshino.
La Real Academia de las Ciencias de Suecia les ha reconocido con este galardón por el desarrollo de la batería de iones de litio, que se destaca por ser ligera, recargable y potente y que, además “ha permitido el desarrollo de automóviles eléctricos de largo alcance y el almacenamiento de energía de fuentes renovables, como la energía solar y eólica”.
Stanley Whittingham, nacido en 1941 en el Reino Unido fue el primero que comenzó a trabajar en la batería de iones de litio, en la década de 1970, en medio de la crisis del petróleo.
El científico buscaba desarrollar métodos que podrían conducir a tecnologías de energía libre de combustibles fósiles. Whittingham “descubrió un material extremadamente rico en energía, que utilizó para crear un cátodo innovador en una batería de litio. Esto fue hecho de disulfuro de titanio que, a nivel molecular, tiene espacios que pueden albergar, intercalar, iones de litio”, explicó la Real Academia de las Ciencias de Suecia.
El ánodo de la batería estaba hecho parcialmente de litio metálico, que tiene un fuerte impulso para liberar electrones. Esto dio como resultado una batería que literalmente tenía un gran potencial, un poco más de dos voltios. Sin embargo, el litio metálico es reactivo y la batería era demasiado explosiva para ser viable.
¿Pero qué es un cátodo y un ánodo? “En cualquier tipo de batería, las que compramos en el supermercado o en la pulpería existen polos: positivo y negativo, es a lo que en en esta disciplina le llamamos el cátodo (polo negativo) y el ánodo (polo positivo)”, explicó Jean Sanabria, profesor de la Escuela de Química de la Universidad de Costa Rica (UCR) y director del Centro de Investigación Electroquímica y Energía Química.
Luego de los trabajos de Whittingham, el estadounidense John Goodenough pensó que se podría conseguir un potencial aún mayor si se hiciera usando un óxido metálico en lugar de un sulfuro metálico y, en 1980 demostró que el óxido de cobalto con iones de litio intercalados puede producir hasta cuatro voltios.
Finalmente, usando el cátodo de Goodenough, el japonés Akira Yoshino creó la primera batería de iones de litio comercialmente viable. Esto fue en 1985.
Importancia
“Dentro de la Química, este tipo de investigación que tiene que ver con baterías y algunos otros tipos de sistemas que pueden generar energía, distintos a los sistemas hidroeléctricos o de quemar combustibles, están relacionados con la electroquímica. Los que nos desempeñamos en este campo, estamos muy felices porque es el primer Nobel que premia esta rama de la Química”, comentó Sanabria.
Además, resaltó que estas baterías son muy importantes en estos tiempos porque son las que han dado mejores resultados: han sido el dispositivo más adecuado para almacenar energía y que esta energía esté disponible rápidamente y de manera barata para el consumidor, recalcó.
El profesor de la UCR destacó que el peso de las baterías es bastante favorable, porque los materiales que se utilizan cuentan con una masa relativamente pequeña. Entonces por ejemplo, en un automóvil eléctrico esta característica podría permitir acumular bastante energía sin aumentar mucho el peso.
Sanabria concluyó que este desarrollo realizado por John B. Goodenough, el británico Stanley Whittingham y el japonés Akira Yoshino está presente en la vida de todas las personas, desde quienes trabajan en el campo, hasta quienes laboran en centros de investigación donde “se está tratando de mejorar el sistema (de las baterías de litio) para que sea mucho más eficiente”.
Galardonados
Además de obtener el galardón, John B. Goodenough, quien nació en 1922, se convirtió en la persona de más edad en recibir un premio Nobel, a sus 97 años. En la actualidad, labora para la Universidad de Texas.
Por su parte, el británico de 78 años, Whittingham labora para la Universidad de Binghamton y Universidad Estatal de Nueva York.
Y Akira Yoshino trabaja para la corporación Asahi Kasei en Tokio y para la Universidad Meijo, en Nagoya, Japón.
Los tres comparten el premio de nueve millones de coronas suecas, lo que asciende a cerca de $920.000. Además recibirán una medalla y un diploma.
La primera vez que se concedió este premio fue en 1901 y hasta la fecha se le ha otorgado a 184 personas, cinco de ellas mujeres.
En los próximos días, se otorgará el premio Nobel de Literatura, el de la Paz y Economía.
La Real Academia de las Ciencias de Suecia elige a los galardonados a partir de las propuestas que efectúan instituciones académicas de todo el mundo.