Productos naturales: no todo lo que brilla es oro

En el mes de la ciencia y como parte de la serie ‘Pregúntele al Científico’, la química Giselle Tamayo responde las consultas de los lectores sobre pros y contras de los productos elaborados a partir de compuestos naturales, ya sea con fines medicinales, alimentarios, cosmética o hasta para bajar de peso.

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Para nadie es un secreto que los productos naturales que se obtienen de fuentes tan diversas como plantas o microorganismos, pueden tener aplicaciones terapéuticas en el tratamiento de enfermedades como cáncer, malaria o infecciones, entre otras. De hecho, desde los albores de la civilización, se utilizaban para distintas afecciones; podríamos decir que son la base sobre la cual fue evolucionando la medicina moderna.

Hoy día, sin embargo, para poder afirmar que un producto natural puede servir como tratamiento, es indispensable que existan estudios que respalden su uso, pues no todo lo que brilla es oro, como dice el refrán popular. Aunque a simple vista podrían parecer inofensivos, para ingerirlos también se deben tener ciertos cuidados en vista de que se podrían emplear ingredientes peligrosos en su elaboración o hacer mezclas inadecuadas de sustancias.

Así lo deja muy claro la química y especialista en productos naturales, Giselle Tamayo, quien participó en la tercera entrega de la serie Pregúntele al Científico, que se publicó todos los domingos de agosto para celebrar el mes de la ciencia. Este es un proyecto colaborativo de La Nación y la Academia Nacional de las Ciencias, el cual suma ya tres años consecutivos.

A continuación, algunas de las inquietudes planteadas por los lectores que se recibieron al Facebook y al correo electrónico del diario.

¿Qué plantas medicinales son las que más usan los ticos y son fáciles de tener en el jardín o patio?

En esto hay que tener mucho cuidado. Hay muchas plantas que se utilizan popularmente, y que sin embargo, no son seguras.

“No obstante, la gran mayoría de las plantas medicinales que se utilizan en Costa Rica, tienen relación con males digestivos. Tanto así, que algunas poseen características como saborizantes increíbles: la yerbabuena, albahaca, orégano, culantro de coyote y romero aportan, además de sabores muy particulares, algunas sustancias que alivian trastornos del estómago. También la juanilama y la salvia se utilizan para estos trastornos.

“Esta lista contiene plantas que pueden considerarse como seguras; las últimas dos, en forma de té.

“Hay otras plantas, que no tienen estudios por lo que es mejor investigar si es segura su utilización. Tanto el Ministerio de Salud, como el Ciprona en la Universidad de Costa Rica pueden aportar información sobre esto”.

¿Todas las plantas naturales que se usan para remedios caseros son inofensivas o hay casos en los que pueden ser peligrosas?

Por supuesto que hay plantas peligrosas. Algunas plantas pueden ser venenosas en cantidades pequeñas, y que además, aunque parezcas inocuas, podría su consumo en exceso, ser perjudicial para la salud.

“En este sentido, siempre es mejor consultar con expertos si usted no está seguro. El Centro de Investigación en Productos Naturales (Ciprona, de la UCR) es un buen sitio para pedir información”.

¿Si mezclo alguna planta medicinal con licor, puede haber algún efecto?

El mojito es una bebida cubana, famosa, que usa menta, ron blanco limón, azúcar y agua. Así que todo es relativo. El licor, por sí solo, consumido en exceso, es tóxico.

“Aparte de esto, el efecto del licor sobre medicamentos en general puede potenciar o disminuir los efectos terapéuticos de estos, por lo que en cualquier tratamiento sea de origen natural o no, se aconseja no hacer mezclas”.

¿Podría mencionar algunas plantas naturales que han servido de base para medicamentos elaborados por farmacéuticas?

En el mundo hay muchos ejemplos de productos naturales que son base de medicamentos. Si nos vamos a circunscribir a plantas (recuerde que no solo de plantas se obtienen los productos naturales!), el ejemplo más clásico es el Catharanthus roseus (=Vinca rosea) -se puede observar esta planta en muchos jardines, ya que es una planta ornamental, aunque originalmente proviene de Madagascar-, del cual se obtiene la vincristina y vinblastina para el tratamiento de varios tipos de cáncer.

“Algo más reciente pero aún del siglo pasado, es un producto que se obtiene de árboles del género Taxus, que crece en climas templados. Para ampliar la utilización de este tipo de compuestos, la investigación ha producido no solamente estos compuestos naturales, sino otros de forma semi-sintética en los que se potencia la acción o se disminuyen efectos adversos.

“Un caso particular son las camptotecinas, obtenidas del árbol chino Camptotheca acuminata; la camptotecina por sí sola no siguió estudios por toxicidad, pero se produjo un derivado semi-sintético, que se comercializa y se utiliza para el tratamiento del cáncer de ovario avanzado y de pulmón.

“Hay además compañías farmacéuticas que comercializan productos naturales medicinales que se han usado tradicionalmente: el spray Kamilosan contiene una mezcla de productos, en donde destaca el extracto de manzanilla y su tratamiento es para molestias en la garganta. También deberíamos mencionar la quinina de Cinchona officinalis, para el tratamiento de la malaria y originalmente utilizada en Suramérica por los incas para el tratamiento de fiebres”.

¿Considera usted que los productos naturales con cualidades medicinales requieren de un mayor control y regulación en su acceso a la población en general? Actualmente todos estos productos son catalogados como ‘de venta libre’ por parte del Ministerio de Salud por medio del decreto 39983-S.

El dilema que esta pregunta plantea es interesante. En el decreto del Ministerio de Salud al que se hace referencia, encontramos enlistados productos como el ketoconazol, acetoaminofén o el ácido acetilsalicílico, que conllevan, ambos, riesgos para la salud. Sin embargo, podemos adquirir estos en supermercados o farmacias sin ningún problema ni prescripción médica.

“Imagino que la pregunta no es planteada por productos como la hierba de San Juan o la valeriana, dado que estos se apoyan de estudios numerosos y de aprobación en prácticamente todo el mundo, sino de otras formulaciones que se incluyen en el inciso Q: Productos Naturales Medicinales.

“Dicho inciso indica que todos los productos naturales medicinales (producto con propiedades medicinales procesado, industrializado y etiquetado y que contienen mezclas incluyendo excipientes), salvo los que expresamente el Ministerio de Salud exceptúe se pueden expender libremente.

“Es importante recalcar, que para poder vender productos naturales con cualidades medicinales, se requiere inscribir dicho producto aportando una cantidad de información, que si es aportada de forma transparente y honesta, y esta es analizada concienzudamente por la oficina que otorga los permisos, debería ofrecer los insumos para rechazar una inscripción si el producto fuera peligroso.

“Al momento de esta publicación, el número de productos con cualidades medicinales inscritos en el Ministerio es de 735, lista que incluye las formulaciones y por lo tanto, muchas repeticiones.

“Es mi criterio, por los productos que están esa lista y los que he observado en algunas macrobióticas y supermercados,que la sola inscripción no garantiza que no sean peligrosos o que ofrezcan los efectos deseados; por ello, creo que debería haber un mayor control en la calidad y efectividad de lo que se ofrece, no dejando la comprobación de esta calidad al productor o expendedor, sino al mismo Ministerio de Salud, que es el ente regulador”.

¿Conviene dejar a un lado las medicinas que manda un médico por tomar productos naturales? ¿Entre ellos podría haber alguna reacción no adecuada?

Nunca debe dejarse un tratamiento. Mientras las medicinas que manda un médico tienen estudios que los acuerpan, muchos productos naturales no los tienen. Por supuesto que podrían darse interacciones entre medicamentos.

¿La homeopatía es un producto hecho con ingredientes naturales, es en realidad curativa o no hay suficientes estudios?

No hay suficientes estudios que soporten su uso. Existe en este tipo de terapias, mucho efecto placebo.

¿Es cierto que la medicina natural es más lenta que la convencional?

En realidad es un asunto de dosis y de biodisponibilidad.

“Usualmente las formulaciones naturales contienen principios activos en menor concentración que las formulaciones convencionales, por lo que sus efectos son más lentos; además, es posible que el principio activo no esté biodisponible o la formulación lo haga más susceptible a descomposición, etcétera”.

¿Preventivos o curativos, cuál es el poder de los productos naturales?

Depende de su indicación, como con cualquier otro medicamento. Si es preventivo, es que usualmente incrementa la respuesta del sistema inmune; si es curativo es que una enfermedad ya se manifestó y entonces la indicación va dirigida a esa enfermedad en particular.

¿Los productos naturales pueden sufrir contaminación o caducar?

Por supuesto! Como todo producto con compuestos.

¿Es mejor la cosmética elaborada con productos naturales?

Depende; nuevamente, si existen estudios que los respalden. Hay sin embargo algunos productos que su uso tradicional está muy aceptado, como por ejemplo la miel.

Me gusta consumir batidos de productos naturales: ¿son realmente buenos?

Depende de lo que sean. Hay buenos, hay otros muy malos. Lo importante es si existen estudios que los respalden.

¿Puedo hacer dieta con productos naturales? ¿De verdad pierdo peso?

Depende de si esos productos tienen respaldo científico.

¿Quién es la científica?

Giselle Tamayo Castillo es catedrática de la Escuela de Química de la Universidad de Costa Rica, en donde se desempeña como docente e investigadora y ocupa el puesto de directora del Programa de Posgrado en Química.

Además, forma parte del Consejo Científico del Centro de Investigación en Productos Naturales (Ciprona) y representó al Programa de Posgrado en el Consejo Científico del Centro de Investigación de Electroquímica y Energía Química (CELEQ). Actualmente es presidente del Consejo Director del Conicit, Concejo para las Investigaciones Científicas y Tecnológicas.

Su campo de investigación actual se centra en el descubrimiento de productos naturales a partir de diferentes fuentes, y que potencialmente tengan algún valor terapéutico. Además, realiza trabajos en metabonómica, metabolómica y perfiles químicos, así como síntesis de derivados de productos naturales.

Ha recibido diferentes distinciones.