La más reciente temporada de excavaciones de la Escuela de Antropología de la Universidad de Costa Rica en el sitio Nuevo Corinto dejó al descubierto varias estructuras de piedra que les cuentan a las nuevas generaciones cómo vivían sus antepasados precolombinos.
Según explicó la arqueóloga Silvia Salgado, directora del proyecto, este complejo arquitectónico fue construido a partir del 700 d. C. Sin embargo, el equipo ha identificado vestigios de ocupación humana en el sitio a lo largo de 3.000 años, desde el 1.500 a. C. hasta el 1.400 d.C.
Además del “Montículo 1” – en el que se aprecian claramente distintos materiales y técnicas de construcción– los arqueólogos se toparon con lo que se supone que fue un puesto de control precolombino. El estudiante de Arqueología Ignacio Díaz explicó que, en la entrada a la aldea precolombina, se encontraron cuatro estructuras independientes, pero relacionadas entre sí: un camino –que se le reconoce como el principal–, dos plataformas –una a cada lado del camino, y un basamento; es decir, un cúmulo de rocas que sirvió como base para alguna construcción.
Los arqueólogos analizaron la disposición de las estructuras en el espacio y sus dimensiones para intentar comprender qué función tenía ese conjunto. Uno de los datos que les llamó más la atención fue el cambio del ancho en el camino principal.
“Este camino viene desde el río; tiene un ancho promedio de 3,5 metros, pero, al acercarse al área nuclear de la aldea, se reduce hasta medir solo dos metros. Esto nos lleva a pensar que este conjunto funcionaba como una especie de puesto de control o un paso regulado”, explicó Díaz.
Descanso bajo tierra. Otra de las estructuras excavadas tiene características de tumba. La arqueóloga Silvia Sanabria aclaró que lo primero con lo que se toparon fue con un conjunto de rocas que fueron removidas de su contexto original y eso les dificultó la comprensión del hallazgo. Por eso tuvieron que extender la unidad de excavación de manera vertical y, conforme descendían, descubrieron varias “pistas” de una fosa funeraria. Entre estas, había varias rocas sin alterar que estaban organizadas según un patrón, y una densa capa de fragmentos de cerámica y piedra.