La Tierra cuenta con un nuevo vigía en el espacio desde la madrugada de este martes, al ser puesto en órbita el Sentinel 2A.
Se trata de un satélite con una capacidad de imagen óptica de alta resolución, el cual ofrecerá datos sobre medio ambiente, seguridad y agricultura.
La iniciativa es desarrollada por el programa Copérnico, de la Comisión Europea y en cooperación con la Agencia Espacial Europea (ESA).
“Sentinel 2A es el segundo de 20 satélites que pretenden escudriñar el planeta Tierra y mejorar, en gran medida, la capacidad del programa para ofrecer a los ciudadanos europeos datos más completos para aplicaciones medioambientales y de seguridad”, aseguró en un comunicado de prensa Jean-Jacques Dordain, director general de la ESA.
Éxito. El Sentinel 2A fue propulsado por un cohete Vega en un lanzamiento efectuado en Kurú, Guyana Francesa, donde está la sede de la agencia espacial.
El satélite de 1,1 toneladas fue puesto en órbita a una altura de 786 km, de manera exitosa.
Según el contratista principal, la firma alemana Airbus Defence and Space, el satélite le permitirá al programa Copérnico “ver en color”, al ofrecer “imágenes ópticas en el espectro de lo visible y del infrarrojo”.
En este momento, los paneles solares del Sentinel 2A ya se desplegaron y los siguientes pasos a dar serán la calibración y revisión del equipo a bordo.
Se tiene previsto que la misión dé inicio en aproximadamente tres o cuatro meses.
El satélite tiene una vida útil de siete años y medio, pero podría mantenerse activo por mucho más tiempo.
¿Cómo funcionará? Sentinel 2A dará una vuelta a la Tierra cada 100 minutos y observará cada 10 días la totalidad de las superficies emergidas, las grandes islas, y las aguas interiores y costeras, detalló la AFP.
El próximo año, ESA pondrá en órbita otro satélite similar, el Sentinel 2B.
El primero de estos aparatos entró en órbita en abril del 2014.
Observación. Los científicos europeos reconocen que, con esta iniciativa, su objetivo es que el programa Copérnico sea capaz de ofrecer información de superficies terrestres, océanos e incluso de la atmósfera.
Esto con el fin de impulsar la formulación de políticas ambientales y de seguridad.
Algunos de los campos en los que este tipo de datos podrían ser de ayuda son, por ejemplo, la generación de mapas de zonas quemadas por incendios, la gestión de las zonas agrícolas para caracterizar cultivos y, a partir de ahí, establecer estrategias para optimizar los fertilizantes, informó la agencia de noticias EFE.
Otra de las bondades del proyecto, destacada por sus creadores, es que la información generada no solo estará disponible para los científicos, sino para todos los interesados que la podrán consultar a través de Internet.
Ese acceso para la ciudadanía en general estará listo a partir de setiembre próximo.