No hubo un pronunciamiento oficial. El tema tampoco fue abordado directamente en ninguno de los paneles.
Sin embargo, ante la reciente legalización de estas uniones en Estados Unidos, La Nación le consultó su opinión personal sobre este tema a algunos de los Nobeles presentes en la reunión anual en Lindau, Alemania.
La mayoría de los entrevistados recibieron las preguntas en los pasillos y se apuraron a responder sin titubear. Ellos coincidieron en apoyar la decisión y hasta en celebrarla. Eso sí, todos destacaron que eran casados y tenían hijos, descartando que ellos lo fueran.
"Yo creo que es maravilloso que se extienda por el mundo el entendimiento de que las personas son personas y que la diversidad es una buena cosa. Y que tenemos que aceptar las personas como son", dijo Jack Szostak, premio Nobel de Medicina 2009.
"No usando el sombrero de premio Nobel sino como ciudadano del mundo, yo veo el matrimonio gay como algo inevitable que representa como es la humanidad. Yo me siento complacido de ver gente del mismo sexo que quieren casarse y que se les ha brindado esa oportunidad", recalcó el astrofísico estadounidense Brian P. Schmidt.
"A mí nadie me va a hacer cambiar de parecer de que los gais son tan agradables como cualquier otra persona. Si dos de ellos quieren vivir juntos, ¿quién soy yo para perturbarlos?", apoyó la israelí Ada Yonath, premio Nobel de Química del 2009.
"Pienso que las decisiones de las personas son de cada persona. Con quien ellos quieran casarse a mí no me importa. Se trata de libertad, de tener la libertad de hacer lo que se desea. No debería haber nadie más que tome por uno las decisiones de su vida. Es una situación normal en el mundo: algunas personas son gais y otras no, pero todos somos seres humanos y merecemos libertad y respeto", destacó por su parte Oliver Smithies.
"Yo no soy gay, por supuesto. Tengo esposa, cuatro hijos y 10 nietos, pero estoy a favor de que se permita el matrimonio gay. Si ellos quieren casarse que se casen: ¿por qué habría de interferirse con su felicidad? Yo sé que hay países donde todavía es ilegal, es posible que eso vaya a seguir cambiando", atinó el Nobel de Física, Dan Shechtman.
La francesa Francoise Barré Sinoussi fue más allá e incluso lamentó que estas medidas no vayan acompañadas por otras normativas que erradiquen los estigmas relacionados con la comunidad gay y el virus del Sida. Erradicar la estigmatización es para ella más que urgente.
Pero no todos los consultados se manifestaron complacidos con las uniones del mismo sexo. Por ejemplo, el premio Nobel japonés Ei-Ichi Negishi expresó de manera respetuosa y cauta: "Yo soy muy conservador y en mi definición de matrimonio la definición de parejas del mismo sexo no cabe. Entonces, yo nunca los he sobrecriticado o, quizás si lo hago un poco, pero aclaro que es desde esta perspectiva mía personal de que si ellos quisieran también formar una familia y tener una vida tradicional de familia, probablemente estarían haciendo algo diferente", concluyó.