Un cloro que desinfecte, pero que no destiña la ropa, su olor no sea tan penetrante como para crear problemas respiratorios y que además no cause corrosión en equipos de uso delicado.
Con este reto en mente, la familia Rodríguez Corrales, se dio a la tarea de investigar, emprender y hallar una solución no convencional.
Basados en el trabajo realizado por el científico brasileño Jorge Antonio Barros de Macedo (Derivados clorados de origen orgánico), esta familia alajuelense, logró, después de casi tres años, producir un cloro orgánico en tabletas que se activa con el agua. Para ello, debieron cumplir con los requisitos exigidos para este tipo de iniciativas.
La ciencia, detrás de la pequeña tableta efervescente, se encuentra en el hecho de que el producto se obtiene por electrólisis con agua de sal. Lo que se busca con este proceso es liberar la molécula llamada dicloroisocianurato de sodio.
Luego, por filtración y secado la molécula se compacta en pequeñas tabletas que al diluirse en agua, liberan ácido hipocloroso (cloro orgánico activo) en aproximadamente 30 minutos, detalló Bernal Rodríguez, director de Investigación y Desarrollo de Exenos, microempresa comercializadora del producto.
Rodriguez explicó que, a diferencia del cloro tradicional (el cual se formula con hidróxido de sodio, mejor conocido como potasa), el que ellos desarrollaron ofrece las ventajas que estaban buscando para satisfacer necesidades familiares y de compañías orientadas al uso de productos orgánicos.
“Mi hija es muy alérgica; queríamos tener un producto que desinfectara con total eficacia y que no fuera de un olor tan fuerte. Además, nuestra empresa tiene clientes que, por los equipos que utilizan, no pueden emplear el cloro convencional, por ejemplo en hospitales y algunas fábricas de alimentos. Necesitábamos elaborar algo distinto”, agregó.
El nombre del producto es Super Tabs, cuyo PH es 6.5 (es decir, es neutro). Entonces, al no ser alcalino, no acelera procesos de corrosión.
Según este emprendedor, debido a las características del cloro que produjeron, algunos representantes de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) ya se han mostrado interesados en la propuesta y están analizando la posibilidad de utilizar el producto en algunos centros de salud o zonas en donde se carece de agua potable. “También fue aprobado para la desinfección de la unidades odontológicas del Ministerio de Justicia en todo el país”, afirmó Rodríguez.
El cloro orgánico, además, ha sido verificado en los laboratorios del Centro de Investigación de Enfermedades Tropicales (CIET) de la Universidad de Costa Rica, contra bacterias de importancia epidemiológica como por ejemplo clostridium, pseudomona aeroginosa, listeria, E. Col, salmonela y stafilococus aureus.
Otros usos
“Como no mancha, ni destiñe, el cloro puede aplicarse directamente en la ropa durante el lavado, sobre alfombras, tablas de picar, verduras, las pertenencias de las mascotas, el carro y demás superficies, sin dañarlas”, agregó Eugenia Rodríguez, la hija de la familia y la encargada del neuromarketing de la empresa familiar.
Esta no es la primera vez los Rodríguez Corrales irrumpen con creaciones orgánicas y amigables con el ambiente. Incluso, por su emprendedurismo han sido noticia en otras oportunidades en medios como El Financiero, de Grupo Nación.
LEA MÁS: La empresa casi quiebra y se levantó
Hace casi tres décadas desarrollaron un detergente líquido biodegradable y en 1996 también se hicieron notar con un repelente natural contra moscas (Fuera Moscas), que inclusive ya se comercializa fuera de nuestras fronteras.
Con el cloro orgánico, la familia sigue buscando alternativas para cuidar el planeta. Para eso, las tabletas pueden comprarse acompañadas de un galón de plástico el cual puede ser reutilizado una y otra vez. “Así evitaremos que vayan a dar a ríos o al mar”, comentó la joven.
Ana Eugenia Corrales, quien es la gerente general e ingeniera industrial de la empresa explicó el funcionamiento del producto. “Usted coloca una tableta en un galón de agua, espera 30 minutos y ya tiene cloro activo. Ahí se conserva por 48 días. La tableta solita, sin el agua, en su empaque original, dura hasta por cinco años”, dijo.
Ella aseguró que este cloro también puede usarse para purificar el agua y, debido a su fácil transportación, podría ser “una buena opción para emplearse en situaciones de emergencia”.
Eso sí, al igual que cualquier otro producto, este tiene sus cuidados de manipulación. Por ejemplo, no debe ingerirse, mezclarse con otros limpiadores, aplicarse en ojos o cerca de la boca y jamás debe estar al alcance de los niños.
¿Donde se consigue? Ya está en la mayoría de los supermecados. La empresa familiar está ubicada en Alajuela, calles 2 y 4, avenida 8.