Este reloj funciona con átomos de iterbio, un elemento de tierras raras, y de láser que permite una regularidad de aleteo diez veces superiores a los mejores relojes atómicos que existen, precisaron. Comparado con un reloj de cuarzo, este dispositivo es 10.000 millones de veces más preciso.
Este avance físico tiene importantes implicaciones potenciales no solo para la precisión, sino en la medida del tiempo universal, pero también por ejemplo para los GPS y un conjunto de sensores de distintas fuerzas como la gravedad, los campos magnéticos y la temperatura, explicó Andrew Ludlow, físico del Instituto Nacional de Normas y Tecnología (NIST) y uno de los principales coautores de los trabajos aparecidos en la revista estadounidense Science .
“Es un avance vital en la evolución de los relojes atómicos de la próxima generación”, estimó.
Al igual que todos los relojes, los atómicos mantienen la medida del tiempo, basándose en la duración de un segundo, que corresponde a un fenómeno físico que se reproduce regularmente.
Mientras los relojes mecánicos usan el movimiento de un péndulo para mantener la hora, los relojes atómicos se apoyan en la frecuencia siempre constante de la luz necesaria para hacer vibrar un átomo de cesio, la referencia internacional actual.