“La tripulación de la estación está a salvo” , dijo el portavoz de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA), Bob Jacobs.
Una alarma que indicaba una posible fuga de amoníaco en el sistema de climatización hizo que la tripulación abandonase el módulo estadounidense y lo sellase, pero análisis subsiguientes hicieron que funcionarios de la NASA piensen que se trató solamente de un problema del sensor.
Incluso así, la tripulación planeaba finalizar sus labores en el segmento ruso y pasarse la noche allí, como precaución. Existe suficiente espacio y alimentos para que todos pasen una semana allí, pero muy probablemente no será necesario.
Las dos agencias espaciales difirieron sobre lo sucedido cuando la estación orbitaba la Tierra a una altura de 400 km. Mientras la agencia espacial rusa Roscosmos alegó que hubo un escape de gas refrigerante, la NASA dijo en una declaración que aún no había “datos concretos que indiquen que hubo realmente un escape de amoniaco”.
La agencia noticiosa rusa Tass expresó que solamente una tercera parte del amoníaco quedaba en el sistema de climatización del módulo estadounidense y el resto había escapado.
De acuerdo con Tass, el jefe de Roscosmos, Oleg Ostapenko, dijo que la situación seguía siendo examinada, pero que “una evacuación (de toda la estación) no está en la agenda” .
NASA comunicó que los astronautas se trasladaron al módulo ruso como precaución.
“Se registró un incremento en la presión de agua y más tarde un aumento de la presión en la cabina, lo que podría indicar, en el peor de los casos, un escape de amoníaco. Así que nos protegimos ante ese posible peor caso y aislamos a los tripulantes en el segmento ruso”, manifestó Jacobs.
La estación está tripulada por los astronautas de la NASA Barry Wilmore y Terry Virts; los rusos Elena Serova, Alexander Samoukutiaev y Anton Shkaplerov, y la europea Samantha Cristoforetti.