El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, cuyo país efectuó bombardeos en el noreste de Siria y en posiciones de combatientes kurdos desde el domingo, insistió este viernes en su objetivo de establecer un "cinturón de seguridad de oeste a este" en la frontera sur.
Esa zona englobaría, de facto, la ciudad de Kobane, arrebatada en 2015 por las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS, kurdos) a los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) con el apoyo de Estados Unidos.
"Con el cinturón de seguridad que estamos creando más allá de nuestras fronteras, defenderemos los derechos de millones de mujeres y niños inocentes", declaró Erdogan durante un discurso ofrecido con ocasión del Día Internacional de la Erradicación de la Violencia contra la Mujer.
"Si Dios lo permite, completaremos esa [zona] a lo largo de toda nuestra frontera de oeste a este lo antes posible", recalcó.
La región de Kobane es la última que escapa al control del ejército turco, desplegado desde 2019 a lo largo de la frontera con Siria.
Ankara afirma que el atentado perpetrado en Estambul el 13 de noviembre, y que causó 6 muertos y 81 heridos, fue ordenado desde Kobane. Una acusación que los kurdos han rechazado firmemente.
Pero en los últimos seis días, Turquía ha bombardeado y disparado tiros de artillería en zonas en las que, según las autoridades turcas, Ankara apunta contra posiciones del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y de sus aliados de las Unidades de Protección Popular (YPG), principal componente de las FDS.
Todos esos grupos han negado su implicación en el atentado de Estambul.
El presidente turco, que prevé iniciar una ofensiva terrestre "en el momento oportuno", citó a las localidades sirias de "Tal Rifat, Manbji, Ayn al-Arab [Kobane en kurdo]" entre sus objetivos para conformar esa zona de seguridad de 30 km de ancho en la frontera sur del país.
bg-ach/pz/jvb/meb