¿Podríamos transformar a Costa Rica en Holanda?

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En cuanto a movilidad urbana, Costa Rica goza de una sola gran similitud con respecto a Holanda: los pasajeros de aviones disfrutamos viajar con fluidez por el cielo que cubre a ambos países bajo el mismo sol...

No sucede igual si, literalmente, ponemos los pies sobre la tierra. Podremos apreciar, en esta y las próximas entregas de Recreatico, las marcadas diferencias de esa movilidad entre el cuestionado “país más feliz del mundo” y ese eficiente pedacito europeo de 41.543 kilómetros cuadrados, al que aventajamos en 9.557 de superficie.

Veamos en este video algunas tomas de lo que les traigo:

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Como costarricense, sobrevivo a lo desesperante que es estar en medio del caos vial de nuestra pequeña y colapsada Gran Área Metropolitana.Hemos sido testigos.

Para suerte nuestra, estuve con políticos, funcionarios, profesores, ciudadanos, influenciadores y profesionales europeos —la mayoría, holandeses— relacionados con el tema del transporte urbano de su primer mundo, ese que anhelo para alguna próxima generación tica. Reitero: ¡alguna!

El panorama es poco satisfactorio al utilizar esa palabra, debido a que conocemos nuestras debilidades, amenazas y extrema burocracia.

El punto es que Holanda también fue testigo, en los años setenta, del gran crecimiento vehicular, el caos vial y las muertes derivadas por este descontrol.

Su cambio no fue repentino. “No fue de la noche a la mañana”, recordaba Jan Willem Hommes, del ayuntamiento de Eindhoven. Aprendieron la lección y rectificaron.

A nivel general, es como hablar con personas octogenarias que corren ultramaratones por el mundo: mucha sabiduría y recorrido. Tenemos que aprender de ellos, de los más viejos... del Viejo Continente.

Después de unas décadas, los holandeses son líderes mundiales en sistemas de transporte eficientes, saludables y amigables con el ambiente.

¿Cómo hicieron eso y por qué Costa Rica lo tomaría en cuenta con gran aceptación? ;)

Decidieron implementar y ejecutar sus fortalezas y oportunidades mediante diferentes políticas públicas para dejar de sentir la movilidad en sus calles como una epidemia que afectaba y acababa con la salud de la población.

Es motivante el hecho de saber que el ser humano ya pasó por donde asustan y logró revertir esa situación.Un problema que mutó a un atractivo.

Cuando podamos desplazarnos eficientemente por la GAM y con una sonrisa de oreja a oreja, ese día podremos decir que aquello de antes (caos vial) era ridículo, que nada más era de ponernos de acuerdo.

Me vacilaba un compañero muy crítico y objetivo.

—¡Sí, claro!

Terminó con un pequeño gesto risueño.

En parte, tiene razón, ya que se necesita el dinero y organización que no tenemos. Tiene que ser un proyecto esencial.

Sin embargo, dicen que la esperanza es lo último que se debe perder.

Educación vial desde primaria y secundaria, recaudación de impuestos y su auditoría, creación de infraestructura ferroviaria, ampliar la oferta en el mercado de bicicletas convencionales y eléctricas, así como muchas campañas oficiales de comunicación son razones válidas para generar el cambio.

Les estaré detallando acerca de lo percibido en varias ciudades y pueblos de Países Bajos, así como de un ride transfronterizo en bicicleta del este holandés al oeste alemán, entre otras actividades.

También, pero a menor escala, de ese tipo de experiencia dentro de una gigantesca ciudad llamada París.

Más fotos en Instagram: la personal y la profesional.

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