Chocolatería en San José ofrece comida de dioses: ya probé la mitad del menú para alcanzar la salvación

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Luego de la muerte sigue el paraíso, sigue La Casa del Cacao en el corazón capitalino: la sensación que produce el chocolate al ser consumido invade mi ser. No mata, no engorda. Allí, todo es paz y amor.

Creería que este es un sitio único en Costa Rica donde se combinan varias cosas: un restaurante típico, una chocolatería artesanal y un museo/taller donde el visitante puede conocer y disfrutar del amplio menú gastronómico, desde platos fuertes hasta los más deliciosos postres.

Lo que sigue, a continuación, es arte culinario mezclado con proactividad y muchas, pero muchísimas ganas de salir adelante.

Es mucho con demasiado, dirían mis amigas Sharon y Mónica. ¿Cómo, siendo tan ‘viejo’, no había conocido este sitio sino hasta ahora?

Además de ingerir muchos platillos, el visitante puede recibir un taller acerca de la historia del cacao en América y finalizar con una preparación de su propia barra de chocolate bajo métodos antiquísimos.

Consiga un babero para disfrutar el siguiente video:

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¡Chocolatero!

¿Es usted un verdadero amante del chocolate o quiere caer en este ‘vicio’ altamente recompensado?

¿Cuáles recompensas?

Pues fácil, la teobromina está presente en el divino cacao. Es un compuesto químico alcaloide que —a pesar de no ser adictivo— (1) tiene un efecto diurético y relajante, (2) puede provocar dilatación de los vasos sanguíneos y reducción de la presión arterial, (3) funciona como antidepresivo suave, (4) mejora la digestión y (5) estimula riñones así como los sistemas cardiovascular y muscular, entre otras.

¿Nada más? ¡No! Falta una: (6) la teobromina actúa sobre la dilatación de los bronquios, lo que ayuda en ataques de asma. Por ello, también se usa como medicamento para la tos.

Hablando de naturaleza, el árbol de cacao se conoce como “Theobroma cacao”, según la clasificación que le dio el científico y naturalista sueco Carl Von Linné (Carlos Linneo) padre de la taxonomía y uno de los de la ecología.

En su sistema binario, empleó las palabras griegas ‘Theo’ (Dios) y ‘Broma’ (alimento), ya que mayas y aztecas se referían al fruto de ese árbol como “el alimento de los dioses”, alrededor del cual realizaban muchos de sus rituales.

Dirección.

En caso de no haber visto el video, ¿ya es suficiente antojo con esas fotos y le urge la dirección exacta? ¡Calma! Tienen un tipo de servicio exprés para llevar chocolates, almuerzos y otros productos hasta la puerta de su casa o trabajo en toda Costa Rica y otras latitudes. Se trata de Paradise Products y Soleil Chocolates.

A la tica: La Casa del Cacao está 215 metros al sur del parque España, sobre calle 11 y entre avenidas Central y Segunda. O bien, del restaurante Chelles, 100 metros este y unos pasos al sur, a mano derecha.

Allí está la puerta al cielo, uno donde reciben a hambrientos y sedientos pecadores culinarios.

También reciben a personas curiosas que desean saber todo acerca del cacao, de cómo lo elaboraban los indígenas y cómo se puede repetir ese proceso en pleno siglo XXI donde casi todo pareciera ser industrializado.

En lugar de san Pedro, el alma del comensal es recibida por Gerardo Venegas, un tico veinteañero de Curridabat quien asegura no trabajar ni un solo día del año debido a que ama su trabajo chocolatero.

Él y Cédric Begein, un chef chocolatero de Bélgica, son los copropietarios de La Casa del Cacao, negocio ganador del certificado a la excelencia 2019 de TripAdvisor, luego de seis meses en la app.

Es un tesoro con pepitas de oro oscuro que lleva tres años en el mercado. A la vez, es en este sitio donde nacen los arcoiris.

¿Ofrecen algo más? Por supuesto.

Damas y caballeros, presten atención al grito: EL rice&beans es tan suculento que si el comensal se sentía en el cielo, su alma regresa al cuerpo luego de un absurdo pellizco de incredulidad. Digo “el comensal” porque a mí no me pasó eso.

Chifrijo caribeño y arepas con pollo forman parte de un menú apto para almorzarlo a cualquier hora dentro del horario de atención: de 9 a. m. a 6 p. m. de lunes a sábado.

Tortillas de queso… ¡Bárbaras!

En seguida, empanaditas de plátano maduro con queso al mejor estilo de la gastronomía de antaño: aquella de las abuelitas. ¡Impresionantes! Aunque les sugerí emprender con los clásicos piononos que sería agregándoles frijoles majados o molidos.

Crepa con fresas, caramelo de La Casa y rayadura de limón. ¡Magnífica!

Sánguche de atún. ¡Perfecto!

Cacahuatl en leche o agua, respectivamente, en las siguientes fotos. ¡Tan excelentes como una taza con el mejor café!

El agua de sapo (hiel) de la casa es de sabor más intenso que su presentación en botella. ¡Refrescantes!

Pinolillo (chocolate y maíz): ¡Arrecho! ¡Espeso y delicioso!

Moctezuma, líder de los mexicas entre 1502 y 1520, ofreció en vaso de oro a los visitantes (Hernán Cortés) la bebida más sagrada para los aztecas: el chocolate.

“En aquel tiempo, compuesto por una mezcla de cacao, maíz molido, pimienta, especias variadas y afrodisíacos naturales”, detalla el profesor Jesús Luna en su blog.

Agrega Luna: Cortés llegó a escribir en una de sus cartas al Emperador Carlos V que: “una sola taza de esta bebida fortalece tanto al soldado que puede caminar todo el día sin necesidad de tomar ningún otro alimento”.

Al igual que se cree que fue para la cultura olmeca, muchas son las personas que en la actualidad le rinden culto al exquisito cacao: bueno… al chocolate, luego de agregarle dulce al primero.

Parte de la cuchara está en Sugeyling Ramírez (Su), quién tiene 11 años de experiencia en diferentes cocinas y el último de ellos aquí, según me comentó.

Santiago Contreras y Pilar Rosales disfrutan sus últimos días como solteros en este preciado lugar. Por sus rostros y las palabras al pagar la cuenta, les gustó mucho la comida y atención.

A otra persona, la vi feliz en una de mis últimas visitas como periodista.

Por lo pronto, seguiré buscando otros sitios para ir a comer.

A La Casa del Cacao volveré como cliente para llevarme barras de chocolate con distintos sabores y probar el resto del menú. Vale la pena.

También, vale la pena ser suscriptor de La Nación en versión impresa o digital, ya que este comercio —al igual que muchos otros en toda Costa Rica— ofrece un excelente descuento a los tarjetahabientes de Club Nación.

FIN.

En Instagram acostumbro subir fotos y videos relacionados con comida, árboles, animales, deportes y naturaleza. Algunas de ellas terminan convirtiéndose en publicaciones de este blog.

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