(Video) ¿Mi perro ya es un viejito?

El veterinario Alonso Mora, de Veterinaria Moralba, explica a partir de cuándo los perros son considerados animales geriátricos y qué cuidados requieren.

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Venus es una border collie, tiene la salud de “una chiquilla de quince”, pero se le considera como perra geriátrica. Ya cumplió 8 años y algunas manifestaciones típicas de la “vejez canina” han salido a flote.

Según sus dueños, ella muestra una que otra cana y aunque disfruta muchísimo el perseguir la pelota, su vitalidad no es la misma de antes. Además duerme más horas y ha ganado un poco de peso.

¿A qué edad se considera que un perro es geriátrico? Por lo general se dice que es a partir de los 7 años, sin embargo, eso puede variar de un animal a otro y también depende de la raza. Los canes grandes como los san bernardo y los gran danés se hacen “ancianos” primero que los de raza pequeña. Ellos, incluso empiezan su vejez a partir de los 5 o 6 años.

Así lo explicó el doctor Alonso Mora de la Veterinaria Moralva, en Grecia, quien, en esta edición de +cotas abordó cinco puntos clave que debemos tomar en cuenta si queremos que nuestros buenos amigos de cuatro patas estén en óptimas condiciones.

1. Señales externas: al igual que los seres humanos la vejez comienza a manifestarse poco a poco en los perros. Puede que surjan canas en cejas y en su pelaje, las facciones del rostro se ven algo diferentes, el cuerpo sufra modificaciones corporales (por ejemplo ganancia de peso), el animal camina más lento, se nota más cansado, come más despacio e incluso, hay casos en los que podría mostrarse desorientado (con problemas cognitivos).

2. Señales internas: a menos de que el can se queje de algún dolor es más difícil identificar este tipo de signos. Por eso, lo ideal es llevar al perro a su chequeo anual, donde el veterinario le realizará una serie de exámenes para ver cómo está funcionando su organismo, detectar enfermedades en estados tempranos (cáncer, diabetes, hipotiroidismo, problemas de cadera o de huesos, etcétera) y darles el tratamiento adecuado.

Esto podría permitir que nuestra mascota sobrepase su expectativa de vida (que varía de entre 10 a 15 años, según la raza).

Entre las pruebas a efectuarse en estas edades se encuentran: un estudio físico (en el que se hace una exploración de todo su cuerpo), análisis de sangre y heces, toma de presión arterial, perfil de hígado y riñón, ultrasonidos, electrocardiogramas y radiografías.

Durante el chequeo, el veterinario también aplicará las vacunas y desparasitaciones correspondientes.

3. Dieta: la alimentación en esta etapa de la vida del perro cobra gran relevancia. Se puede optar por un concentrado especial para edades geriátricas que contengan los nutrientes necesarios. Lo ideal, siempre será consultar con el veterinario.

4. Higiene: además del baño regular, es indispensable mantener el lavado de dientes para evitar la pérdida de piezas y otras complicaciones como daños cardíacos, hepáticos, renales, pulmonares y articulares, debido a la proliferación de bacterias.

5. Ejercicios: la actividad física continuará siendo muy recomendada, pero se debe tener en cuenta que el perro ya no podrá recorrer distancias tan grandes porque su condición física varía y podría también estar sufriendo de dolores esqueléticos o articulares.