Un estudio realizado el primer semestre de este año por la firma Unimer mostró que seis de cada diez personas que tienen un perro en su casa, son los felices amos de un zaguate (también llamados mezclados, mestizos, sin raza definida, sin pedigrí).

¿Por qué estas mascotas son las consentidas de los costarricenses? Vanessa Vargas de la Asociación Nacional Protectora de Animales (ANPA), piensa que esta predilección se debe a tres razones fundamentales.

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La primera es que las campañas de sensibilización de los últimos años han sido muy efectivas. Cada vez hay más personas dispuestas a adoptar perros en vez de comprarlos y muchos de los que se consiguen en los refugios o andan en las calles son los famosos “zaguaticos”.

La única objeción que algunas familias ponen para brindarles un techo es que como en la mayoría de las ocasiones se desconoce quiénes son los padres del can, saltan las dudas de cómo será de adulto y si tendrá el tamaño adecuado para mantenerlo en espacios reducidos.

“Algunos se fijan en el tamaño de las patitas, pero en realidad esto no es confiable al 100%. Lo importante es que exista un compromiso genuino de adoptar, cuidar de manera responsable y aceptar lo que salga”, enfatizó Vargas.

Leales y saludables

Los ticos también optan por los zaguates porque estos animales suelen ser muy nobles y agradecidos con sus dueños, quizá porque en algún momento estuvieron sometidos a condiciones de hambre, maltrato o abandono.

La tercera razón tiene que ver con su salud. Aunque requieren igual atención que el resto de los canes (vacunación, desparasitación y una buena alimentación), los zaguates, por lo general, presentan menos enfermedades en comparación con otros cuyas razas están asociadas a ciertos padecimientos: alergias, problemas respiratorios o de caderas, por ejemplo. Asimismo, por las mezclas que tienen, sus genes pueden ser más resistentes.

Kuya es una zaguate de diez años que resume todas estas características, aseguró Vargas para el videoblog +cotas.

“Ella ha sido muy saludable. Percenecía a una camada de ocho, su mamá fue una perrita que por descuido quedó preñada y luego nadie sabía qué hacer con tanto cachorro. La última en ser adoptada fue ella. Es un amor, inteligente y cariñosa. He tenido las mejores aventura con Kuya”, resumió la joven, quien es la coordinadora de educación en ANPA e insiste en que adoptar un zaguate, “es un acto de amor con grandes recompensas”.