Qué hacer con tu árbol de Navidad después de diciembre (no lo quemés en la acera)

Te damos siete ideas para que no quemés tu árbol de Navidad en enero y hagás algo útil con él. Además, te explicamos el origen de la tradición de poner el árbol en diciembre: tiene que ver con la Saturnalia y con los dioses Ra y Balder.

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Lo sabemos, decorar la casa con temática navideña y poner el árbol es una de las tradiciones más lindas de diciembre, junto con comer tamales con rompope :3 Pero como el-tiempo-pasa-y-no-se-detiene, pronto llegará enero y muchas personas no sabrán qué hacer con su arbolito de ciprés. Aquí te ofrecemos una lista de cosas que podés hacer con tu árbol decembrino. Cualquiera de estas opciones es mejor para vos y para el ambiente que quemarlo en la acera de tu casa :(

Origen de la tradición

Como en El Explicador te queremos mucho, primero te contamos desde cuándo se ponen árboles de Navidad y por qué estos árboles son pinos.

Según apunta History Channel, la costumbre de usar árboles perennifolio (cuyas hojas permanecen verdes y vivas durante todo el año) por razones decorativas, se puede rastrear hasta al Antiguo Egipto. Por entonces, este verdor natural era ornamento y superstición al mismo tiempo. Pero usar estos árboles en diciembre y decorarlos con luces es una tradición mucho más moderna.

Antes de que existiera el Cristianismo, y especialmente durante los duros inviernos, algunas civilizaciones usaron los árboles, ramas y follaje de los árboles perennifolio como el ciprés y el pino, para decorar sus hogares, y también por la creencia de que estos árboles fuertes alejaban a brujas, fantasmas, espíritus malignos e incluso a enfermedades.

Las fechas alrededor de lo que conocemos hoy como Navidad, eran celebradas desde mucho antes por una razón más universal. Las civilizaciones adoraban al sol y algunas lo consideraban un dios. El invierno era entonces una época cargada de negatividad, con un sol débil, enfermizo, incapaz de combatir el frío y la escasez natural de todo lo que crece. El solsticio de invierno, esa transición del 21 al 22 de diciembre, con el día más corto del año y la noche más larga, representaba el comienzo de la recuperación del dios de la luz y el calor.

Poéticamente pero con mucho sentido pragmático, este día era algo así como el regreso de la vida (mejor clima, mejores condiciones para la agricultura y la crianza de animales, etc.). Para celebrar, se acostumbró en no pocos lugares usar árboles con follaje imperecedero como símbolo de positivismo y esperanza.

Los antiguos egipcios celebraban el regreso del dios Ra (el sol) colocando palmas verdes en los hogares. Los antiguos romanos marcaban el solsticio de invierno con un festín al que llamaban Saturnalia (en honor a Saturno, dios de la agricultura), y decoraban casas y templos con ramas de árboles perennes. En el norte de Europa, los druidas y los sacerdotes de los antiguos celtas también decoraban sus templos con estos follajes símbolo de la vida que no palidece. Los vikingos, en Escandinavia, pensaban que estos árboles eran especiales, enviados por el dios Balder (el sol).

Muchos siglos más tarde, se le atribuye a Martín Lutero (figura seminal de la Reforma Protestante) la colocación de candelas junto a árboles de conífera en diciembre en el siglo XVI. La tradición era la misma, básicamente, pero aquí ya se decora al árbol y se lo ilumina. Sin embargo, el primer árbol navideño decorado en un espacio público; dispuesto como los conocemos ahora en los malls, se lo disputan Estonia y Letonia.

En Estonia afirman que en el año 1441 colocaron en una plaza de Tallin, su capital, el primer árbol conífera para celebrar la Navidad. En Letonia dicen que ellos pusieron el primero, en su capital Riga, en el año 1510. En ambos casos, la leyenda dice que los promotores de la iniciativa fueron los miembros de la Hermandad de los Cabezas Negras, una sociedad de mercaderes solteros dueños de barcos. Lo cierto es que ambos países conformaban uno solo por aquella época, llamado Livonia.

By the way: si tienen la posibilidad, vayan a Riga o a Tallin alguna Navidad para vivir la experiencia allá. Los mercados públicos de fin de año son algo fuera de este mundo. El de Tallin ganó el premio a Mejor Mercado de Navidad del Año en 2018.

¿Qué hacer con su árbol de navidad?

Ahora que sabés de dónde viene la tradición de poner árboles de Navidad en diciembre, te decimos qué podés hacer con ellos cuando ya no los querrás ver ni en pintura en tu sala:

1 --Hacer portavasos. Podés cortar las ramas del árbol y usar el tronco para crear pequeños y útiles portavasos para uso de tu familia o amigos. Si tenés un serrucho o una sierra eléctrica o una sierra de inglete, esto no debería ser taaan difícil (hacelo con cuidado y amor y paciencia). Y bueno, también podés dar a hacerlos. Una vez cortadas las finas capas de madera en formas redondas, se recubren con barniz y quedan listas cuando se sequen.

2 --Usarlo para beneficio de las aves. Podés guardar todo el ciprés y sacarlo a tu jardín. Servirá como decoración (ya sin las decoraciones navideñas) y como punto de reunión para los pajaritos, pues la idea aquí es guindar comederos para pájaros.

3 --Hacer mantillo o acolchado de ciprés. Los fans de la jardinería no necesitan leer esto para saber de qué trata. Aquí la idea es convertir el tronco en finas astillas que se usarán como alfombrita natural de madera multiuso: recubrir partes del jardín o patio dándoles un toque distintivo, conservar la humedad, reducir el crecimiento de malezas, mejorar la fertilidad y salud del suelo. Esto se hace con una biotrituradora. Si tenés una; adelante. Si no, seguí leyendo.

4 --Hacer un instrumento. Si diciembre te dejó inspirado y entre tus metas para 2020 tenés la creatividad como prioridad, te invitamos a hacer un Didyeridú. Nop; no es un hechizo de Harry Potter, sino un instrumento musical de Australia que pertenece a la familia de las trompetas. Es un tubo de madera con hoyos que suele medir entre 1 y 3 metros. En este enlace hay un tutorial para crearlos a partir de un tronco.

5 --Devolverlo. Algunas municipalidades y empresas como Farmagro Costa Rica, recepcionan árboles navideños para darle un segundo uso a la madera. Si no le vas a sacar provecho de alguna forma a tu arbolito, una buena idea es dárselo a personas que sí le sacarán beneficios.

En los últimos años, Farmagro se ha aliado con distintas municipalidades de la GAM para recepcionar los árboles de Navidad y ‘chipearlos’ o convertidos en mantillo de ciprés. Las diferentes municipalidades que se apunten a colaborar con esta empresa, preparan centros de acopio para que los vecinos dejen sus árboles. Luego, Farmagro va a los centros de acopio con su equipo y pasa todo un día triturando los árboles en mantillo. Ese material por lo general queda a disposición de la municipalidad., aunque es posible que podás solicitar un poco si tenés ideas de qué hacer con él.

En los últimos tres años, han recogido alrededor de 5.000 árboles de Navidad.

6 --Darle uso a las agujas de pino. El follaje de estos árboles puede resultar muy útil. Podés guardar puñitos en bolsitas de tela y hacer tu propio té. Según Vitonica.com, el resultado es “vitamina C en su estado puro”. O bien, podés guardarlos en bolsitas para craer alfombrillas perfumadas. Nada como entrar a una casa con olor a pino o ciprés :3 (estamos seguros de que al leer esto, estás imaginando el aroma)

7 --Hacerlo leña. Una vez removidas las agujitas y vueltas deliciosas bolsillas aromáticas; si tenés chimenea en casa, si pensás acampar pronto y hacer fogata, o si conocés a alguien que necesita leña, ¿por qué no usar el árbol de Navidad para hacer útiles troncos con vocación a arder en llamas? Eso sí: no quemés el follaje, porque su material despide químicos nocivos y porque es altamente famable y volátil.

Datos curiosos sobre los árboles de Navidad

Estas son algunas cifras y datos interesantes sobre estos árboles. Los tomamos de History Channel.

--Los árboles de Navidad duran de 6 a 8 años para madurar.

--La industria de árboles de Navidad emplea a unas 100 mil personas por año en Estados Unidos.

--98% de los árboles de Navidad que se usan en las casas estadounidenses son criados en fincas que se dedican a ello.

--Los árboles navideños se venden de forma comercial en Estados Unidos desde 1850.

--Este tipo de vegetación es resistente y adaptable a prácticamente cualquier clima. Como muestra, los árboles navideños crecen en los 50 estados de Estados Unidos, incluyendo Alaska y Hawaii.

Y aquí dejamos algunas imágenes relajantes para el alma de árboles de Navidad :) Si no te dan ganas de comer un tamal, tomar un rompope o un chocolate caliente después de esto, sos el Grinch (y eso también está bien).