¿Cómo empezó la crisis del 2019?
A raíz de un de brutal feminicidio. Y a causa de una propuesta de modificar la ley de extradición de Hong Kong, que dejaría que una persona arrestada en Hong Kong enfrente juicio fuera de sus fronteras, incluida la posibilidad de que el juicio tome lugar en China (y los hongkoneses no quieren que Pekín les quite sus libertades).
-----COMIENZO DEL CONTEXTO HORRIPILANTE-----
Todo comenzó tras la confesión del brutal feminicidio y lavado de dinero cometidos por Chan Tong-kai, de 20 años, contra su novia Poon Hiu-wing, de 19, en febrero del 2018 en Taiwán.
La pareja viajó a Taiwán en febrero para presuntamente celebrar el Día de San Valentín. Ella tenía siete meses de embarazo. La madrugada del 17 de febrero, según las confesiones de Chan tras ser capturado, ambos pelearon tras la revelación de Poon de que su embarazo era producto de un romance que sostuvo con un excompañero de trabajo, y no con Chan.
Este último relató cómo le golpeó la cabeza contra el muro y la estranguló por 10 minutos en su cuarto del hotel Purple Garden de Taipéi. Luego metió a la fuerza el cadáver en una maleta rosada que habían comprado en su viaje y se fue a dormir. Al día siguiente, Chan tomó el tren, viajó 15 estaciones, y tras estudiar el sector por dos horas, escondió el cuerpo de Poon en unos arbustos cercanos a la estación de Zhuwei. Abandonó la maleta vacía en otra localidad.
Chan Tong-kai robó el iPhone 6 y la tarjeta bancaria de su exnovia asesinada, y compró ropa y pasajes de avión para regresar a Hong Kong. De regreso en Hong-Kong sacó $2.450 en efectivo de la cuenta de Poon.
En marzo del 2018, Chan confesó todos sus delitos a las autoridades de Hong Kong, pero estas últimas, incapaces de llevar una investigación en Taiwán, únicamente pudieron procesarlo por malversación de fondos de la cuenta de la víctima Poon Hiu-wing.
Taiwán solicitó la detención de Chan por asesinato, pero Hong Kong no puede negociar con Taiwán, ya que China continental --a quien pertenece Hong Kong-- no reconoce a Taiwán como Estado independiente, y por ende la extradición resultó imposible.
A raíz de todo esto, Chan cumple una condena de solo 29 meses de prisión en Hong Kong y podría salir en octubre del 2019, por el tiempo que estuvo preso sin sentencia. El horror de los ciudadanos por el crimen instó a los políticos a buscar posibles soluciones, y en Pekín cocinaron una modificación a la ley de extradición de Hong Kong.
-----FINAL DEL CONTEXTO HORRIPILANTE-----
La idea que actuó como mecha de las protestas actuales fue la siguiente: permitir extradiciones a jurisdicciones con las que Hong Kong no tiene acuerdos. Una medida que permitiría a China continental tener acceso y poder sobre ciudadanos de Hong-Kong.
Esta propuesta ha sido descrita como un “Caballo de Troya” de Pekín, que estaría usando la muerte de Poon para alcanzar objetivos políticos.
En marzo y abril del 2019 comenzaron las primeras demostraciones civiles contra la modificación de la ley, pero no fue hasta el 9 de junio que las protestas se consolidaron en un movimiento organizado que dice presente todos los días en las calles. Ese día, un millón de personas se lanzaron a las calles de la ciudad para protestar pacíficamente contra su gobierno.
Los manifestantes no solo rechazan la ley de extradición, sino que demandan mayor democracia en la isla.
Según críticos y manifestantes, la modificación de la ley podría permitir que China continental solicite a escondidas la detención de adversarios políticos para encarcelarlos sin proceso en alguna ciudad obediente a Pekín, como pasa hoy día con opositores políticos del Gobierno de Xi Jinping.
De hecho, incluso ahora se ha señalado a Pekín de “secuestrar” a opositores fuera de su territorio para “desaparecerlos” en China.
Por ahora, Carrie Lam, mandataria del territorio de Hong Kong, insiste en modificar la ley de extradición de la región, beneficiando a China continental.
Mientras tanto, la policía antidisturbios ha lanzado gases lacrimógenos y balas de goma en varias manifestaciones. Desde el comienzo de las protestas, este es el saldo en la región de 7,4 millones de habitantes:
--8 muertos (suicidios todos)
--2.100 heridos y lesionados (decenas han perdidos ojos por las balas de goma)
--1.400 detenidos
¿Qué piden los manifestantes?
Las manifestaciones no tienen líderes establecidos, pues nacieron espontáneamente (como las recientes en Nicaragua, Puerto Rico, Francia, Armenia o Ucrania). Según sus propios números, en algunos días han aglomerado hasta un millón de personas en las calles. Esto equivale a 1/7 de Hong Kong. En su mayoría, son jóvenes y el uniforme no oficial que usan es vestir de negro.
En 101 días han pasado de exigir la eliminación de la propuesta de modificar la ley de extradición a plantear cinco exigencias claras para el Gobierno:
--La remoción del proyecto de ley que busca modificar las extradiciones.
--Que el Gobierno elimine el término “amotinamiento” a la hora de clasificar estas protestas (en la actualidad este término está ligado a una pena de 10 años), ya que esto permite a la Policía usar protocolos antimotines contra protestas pacíficas.
--Que la Policía libere a todos los manifestantes que han sido arrestados y los absuelva de todos los cargos.
--Que el Gobierno instale una comisión de investigación independiente sobre la represión policial de Hong Kong y sus tácticas para contrarrestar manifestaciones.
--Sufragio universal para todos los ciudadanos de Hong Kong (en la actualidad hay 3.8 millones de votantes registrados, pero al mandatario solo lo escogen 1.200 personas que forman parte de un comité electivo compuesto por los 70 diputados, políticos distritales, grupos empresariales, sindicatos, celebridades, curas y maestros).
En estos meses la mayoría de demostraciones han sido pacíficas, pero también hubo grupos que tomaron el parlamento hongkonés y lo vandalizaron con mensajes en aerosol, e hicieron lo mismo con el aeropuerto internacional de la ciudad, paralizándolo por horas.
También ha habido demostraciones de miles de “camisas negras” que simplemente se sientan en espacios públicos sin mayores altercados. Y también han cantado el himno de Estados Unidos ondeando banderas de barras y estrellas, reclamando una democracia con libertades sociales similares a las de ese país.
¿Qué dice el Gobierno?
Así como los manifestantes rehúsan abandonar las calles, el Gobierno se ha mostrado intransigente. El 12 de junio pasado, Carrie Lam mandó a suspender la modificación de la polémica ley, pero muchos ven esta suspensión como una forma de ganar tiempo, mientras las manifestaciones pacíficas desgastan a la región. Esta táctica podría funcionar. Ya hay quienes critican las manifestaciones por el impacto negativo que pueden tener en la economía de Hong Kong y por la mala imagen que dan a inversionistas.
El 13 de agosto pasado, un reportero de Reuters le preguntó a Carrie Lam si ella realmente tiene el poder para remover este proyecto de ley, y le preguntó si la jefa de Gobierno tiene sus manos atadas por Pekín. Lam no respondió a las preguntas.
Durante las protestas se ha señalado al Gobierno de dar órdenes de mayor represión a los policías, que han detenido a más 1.400 personas criminalizando el ser joven y vestir de negro. Y por los eventos del 21 de julio, cuando jóvenes de negro fueron atacados por hombres de blanco con palos, sospechosos de ser miembros de las Tríadas, se señaló al Gobierno de confabular con la mafia para reprimir a manifestantes.
De acuerdo con un reportaje de Jen Kirby, periodista de seguridad nacional y foránea para Vox Media, China quiere que Hong Kong entre al anillo de poder del Partido Comunista con sede en Pekín, sin tomar en cuenta las protestas. Quiere que en Hong Kong se hable chino mandarin, el idioma oficial de China continental, y no cantonés. Y quiere que Hong Kong deje de conmemorar la masacre de Tiananmen (es prohibido hacerlo en el resto de China).
Y a todo esto… ¿Por qué Hong Kong pelea con China?
Quizás la pregunta vital para comprender todo esto es: ¿Qué es Hong Kong?
Es una isla-ciudad llamada “región administrativa especial de la República Popular de China”. Está ubicada al sureste de ese gigantesco país, donde comparte su límite con la provincia china de Guangdong y la moderna ciudad de Shenzhen.
Salvo por una corta ocupación japonesa durante la Segunda Guerra Mundial, Hong Kong fue una colonia del Reino Unido entre la década de 1840 y la década de 1990, cuando el territorio pasó a manos de China continental. Esta línea del tiempo detalla el proceso:
1840: Hong-Kong se convierte en una colonia del Reino Unido tras la Primera Guerra del Opio.
1898: Reino Unido firma una especie de arrendamiento de 99 años para Hong Kong, con fecha de vencimiento para 1997. Después de esta fecha, se supone que el territorio especial pasará a manos de China continental.
1984: Los gobiernos de Reino Unido y China firman una declaración conjunta para definir el futuro de Hong Kong. Acuerdan que el 1.° de julio de 1997 pase a manos de control de China continental con la promesa de un “alto grado de autonomía” para los próximos 50 años, hasta el 2047.
1997: Formalmente, Hong Kong se convierte en una región administrativa especial de China. A partir de aquí, se supone que Pekín no impondrá su política y sus designios a Hong Kong, y que los dejará continuar con su estilo de vida y su sistema de intercambios comerciales con el mundo (el aeropuerto y el puerto de Hong-Kong están en el top 10 de los más concurridos del planeta).
1997-2019: Poco a poco, China ha vinculado a Hong Kong y su Ley Básica (algo así como su Constitución) cada vez más a la política del gigante asiático, volviendo la división política menos clara cada año. En todo caso, la moderna ciudad-isla, de 7,4 millones de habitantes, es una potencia económica mundial y un atractivo destino para inversionistas. Los hongkoneses se han acostumbrado a libertades sociales que no existen en el resto de China, donde el Partido Comunista ejerce un férreo control sobre la población. Existe temor y reticencia por parte de los hongkoneses de vivir bajo la bota de Pekín.
¿Qué podría pasar ahora?
Nadie lo sabe y únicamente se puede conjeturar. A simple vista es difícil vislumbrar un acuerdo entre los cientos de miles de manifestantes hongkoneses y el gobierno de Carrie Lam. El caso de Chan Tong-kai le dio a Pekín la oportunidad de estirar más su mano sobre Hong Kong, que contribuye al 3% de todo el PIB de China continental.