Ticos y el nuevo coronavirus… Doña Zoila Rosa disminuye la venta de helados para quedarse en casa

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Doña Zoila Rosa Herrera Calderón espera con ansias el 11 de abril. Ese día festejará su cumpleaños 69.

Se siente muy bien; la operación del colon a la que se sometió tiempo atrás es solo una marca de la vida, no tiene diabetes ni otras enfermedades; lo único, es que es asmática.

Ella es vecina de Itiquís de Alajuela y como a muchas personas en el país, el nuevo coronavirus le cambia su día a día.

Su jovialidad, buen sentido del humor y ganas enormes de conversar son fáciles de distinguir pese a que la entrevista la hacemos por teléfono.

Se describe como una persona que le encanta estar ocupada, por eso, una vez pensionada optó por llevar un curso en el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) para aprender a hacer helados artesanales.

Asegura que son deliciosos, y no lo dudo ni siquiera por un instante, porque los hace con frutas y ofrece una gran variedad de sabores. Ella misma los vende, a vecinos o a trabajadores de diversos locales comerciales de Alajuela.

Sí, doña Zoila admite que el nuevo coronavirus le ha cambiado su dinámica de vida, pero eso no fulmina su entusiasmo ni tampoco sus deseos de hacer cosas.

Conversamos este lunes, al regresar a su casa luego de entregar un pedido de paletas. Una vecina le encargó 20, pues a los chiquillos les encanta.

Sin embargo, doña Zoila tenía una semana de no poner un pie fuera del portón de su domicilio.

“Me siento muy rara sin hacer nada, entonces busco qué hacer en la casa. Lógicamente no estoy tranquila, soy muy sentimental y me da tristeza lo que ocurre. Por cualquier cosa lloro y pienso en los bebés, en los viejitos, en las mujeres embarazadas”.

“Pienso mucho, porque tengo dos sobrinas en México y una en España. Nunca se había visto esto”, comenta.

Desde hace dos años vende sus helados. Destina las ganancias a cubrir algunas necesidades, que puede ser algún medicamento, por ejemplo.

Ha optado por quedarse en casa debido al covid-19, aunque no es fácil.

“Es muy feo solo estar en la casa, aquí hay perros y me entretienen. Vivo con mi hija (Roselyn Mills Herrera Ni siquiera voy donde una hermana. Salía todos los días a vender helados. En la casa se me hace el día largo”, comenta.

Zoila Rosa espera que todo esto acabe pronto, para volver a visitar a sus clientes, conversar y salir de casa. .