Mi fallido viaje a Asia. ¿Qué me sucedió en el avión?

Contar esta historia no es fácil; quería conocer el continente asiático, pero al viajar estamos expuestos a padecimientos o imprevistos

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Mi emoción estaba al máximo. En agosto del año pasado conseguí dos tiquetes a Shanghái, China, en apenas $350 cada uno (¢201.000 al tipo de cambio actual) desde Costa Rica.

Sin que estuviera planeado, al fin iba a conocer Asia, ese maravilloso continente con atractivos en todos los rincones. Sin embargo, al final el paseo se truncó.

---

Los boletos los vendió una agencia de viajes internacional que opera en Internet y en Costa Rica fueron anunciados por Explorador de Viajes, que se dedica a descubrir tiquetes baratos a diferentes destinos. La aerolínea: Aeroméxico.

Los adquirí para viajar del 1.° al 23 de febrero, así que tuve tiempo suficiente para estudiar cada destino y escoger los lugares que quería conocer.

Al final, el itinerario incluía: China, Macao, Hong Kong, Taiwán, Singapur, Tailandia y Malasia.

Llegó el día del viaje. Todo estaba listo, los asientos escogidos, las visas en los pasaportes y la alegría al tope.

El primer vuelo era del aeropuerto Santamaría a la Ciudad de México, con una escala cercana a las cuatro horas.

Llegamos sin contratiempo a la capital mexicana. Mi esposa (Nancy Díaz) y yo optamos por quedarnos en la terminal y no salir. ¡Quizás hubiera sido mejor salir!

En uno de los restaurantes del aeropuerto mexicano compramos dos sandwiches, los dividimos y así ambos probamos de cada uno, mientras esperábamos la salida del siguiente vuelo: Ciudad de México-Shanghái con una escala técnica en Tijuana.

Faltaba poco menos de una hora para abordar cuando los dos sufrimos un problema estomacal, prácticamente al mismo tiempo. Confieso que al abordar no íbamos muy bien, sobre todo yo. Tomamos pastillas y Nancy se durmió en el viaje de tres horas entre el DF y Tijuana; yo no.

Una vez que aterrizamos en Tijuana me sentí mejor. Ahí el avión se detuvo casi dos horas (estimo), para recargar combustible. La salida de la aeronave estaba prohibida, así que debíamos permanecer en los asientos.

---

Cuando estaba cerca de terminar la escala, sentí unos deseos enormes de vomitar. Intenté tomar un bolsa que teníamos al frente del asiento, pero me desmayé.

Una vez que recuperé el conocimiento, el personal de Aeroméxico llamó a la doctora que atiende en el aeropuerto de Tijuana.

Le conté todo lo sucedido y después de revisarme y darme unas pastillas, me dijo que podía proseguir el viaje.

No obstante, cuando el avión empezó a moverse hacia la pista, tuve otro desvanecimiento, por lo que de inmediato opté por no proseguir.

Es difícil saber que el anhelo de visitar esos maravillosos países se esfumaba, pero qué hacía en un vuelo de 13 horas con la posibilidad de seguir mal.

Siempre que salimos del país llevamos un seguro de viaje “completo”, que esta vez sirvió de muy poco. No entraré en mayores detalles porque merece un capítulo aparte.

Al salir del avión, lo primero que hicimos fue ir a una oficina de Aeroméxico para saber cuánto costaba proseguir el viaje al siguiente día. El monto fue una multa de unos $500.

Preferimos ir primero a un hospital en Tijuana antes de pagar, para asegurarnos que todo fue un susto. El veredicto del médico fue simple: “puede continuar el viaje, pero debe tomar estos medicamentos más fuertes debido a un virus estomacal y consumir mucho líquido porque se deshidrató”.

Ante esto, regresamos al aeropuerto y el precio que nos dio Aeroméxico un par de horas antes ya no existía, simplemente había que pagar una suma exorbitante. Por más llamadas al servicio de atención al cliente, no logramos nada. Simplemente fue el fin del sueño de ir a Asia.

En Tijuana pasamos dos noches; lógicamente aprovechamos para conocer esa ciudad mexicana, mientras encontrábamos la forma de volar hacia el Distrito Federal, pues Aeroméxico no nos ayudaba en eso. Al final conseguimos dos boletos baratos en una aerolínea de bajo costo.

Mi problema de salud estaba superado, pero teníamos las vacaciones, así que debimos pensar rápidamente qué hacer.

Por suerte la solución la tuvimos a la mano. Tenía unos cinco años de ahorrar millas (las acumulo de diferentes formas) para ir a Australia. No quedó más que gastarlas en ir a Europa.

Armar un viaje no es sencillo, pero logramos definir un itinerario al Viejo Continente en un par de horas y desde el celular. Lo primero fue encontrar un vuelo de México a Europa con millas; lo hicimos a Dusseldorf, Alemania, pues pedían el mínimo millaje (33.000 más o menos por persona) y muy poco dinero. La aerolínea: Lufthansa.

Así aproveché para ver a mi hermana, quien vive en Bonn, Alemania, donde cursa una maestría en matemática aplicada desde hace casi un año.

El regreso lo hicimos desde Barcelona, en excelentes condiciones con las millas. Si mi memoria no me falla, fueron 33.000 millas por persona más $45. La aerolínea: Avianca.

Una vez definido el sitio de entrada y salida a Europa, nos tocó ver qué lugares visitar. Estábamos contrarreloj, pues en dos días teníamos la salida a Alemania, así que optamos por ir de Bonn a Hamburgo, luego a Dusseldorf y de ahí a Brujas (Bélgica), todo eso en autobús.

De Brujas nos movimos en tren a Gent y Bruselas, también en Bélgica, y desde esa ciudad a Ámsterdam, Holanda, en autobús. ¿Por qué no en tren? Porque los tiquetes estaban más caros por ser el viaje tan cercano.

De Ámsterdam tomamos un vuelo a Lisboa, Portugal, y de ahí en tren a la ciudad de Oporto. Precisamente desde ese sitio volamos a Barcelona e hicimos un ida y vuelta en autobús a Andorra.

No fue sencillo compartir esta experiencia, pero para hacerlo, le pedí a Aeroméxico que me respondiera algunas preguntas, que puedan serle de utilidad a otros viajeros que pasen por lo mismo.

Las siguientes fueron las respuestas que me brindó la compañía aérea.

1-¿Por qué en la escala técnica en Tijuana no es posible bajarse del avión a la terminal para esperar la recarga del combustible?

No se puede bajar del avión porque es una escala técnica, en la cual solo bajan pasajeros que vuelan de la Ciudad de México a Tijuana y suben las personas que van de Tijuana a Shanghái, y estos ya pasaron migración.

2-Cuando salí de la aeronave y antes de ir a un hospital, pasé a un counter y un puesto de Aeroméxico para saber la multa que debía pagar para proseguir mi vuelo al siguiente día. Nos dijeron que $500 por mi esposa y por mí. Fuimos al hospital y al volver al aeropuerto, como dos horas después, nos dijeron que ya el sistema no permitía la opción de pagar esa multa, sino que debíamos comprar los tiquetes de ida por alrededor de $3.700. ¿A qué se debió el cambio repentino en la opción de proseguir el viaje?

Debió haber una confusión, ya que el boleto es punto a punto, se marca desde la Ciudad de México como usado y no es posible cambiar el estatus del boleto a un Tijuana-Shanghái.

3-¿Por qué la aerolínea no permite alguna opción para regresar al punto de salida en este tipo de casos? Nos quedamos en Tijuana sin la posibilidad de un acompañamiento por parte de Aeroméxico para al menos volver al Distrito Federal.

Como está señalado en el punto 2, no es posible ya que el contrato está de MEX-PVG (Ciudad de México-Shanghái); en todo caso tendría que comprar un boleto nuevo TIJ-MEX (Tijuana-Ciudad de México) para poder regresar.

4-¿Hasta dónde llega la responsabilidad de Aeroméxico en este tipo de casos?

En este caso Aeroméxico solo puede solicitar el servicio médico, para que sea atendido el pasajero. La responsabilidad de la aerolínea es salvaguardar la integridad de nuestros pasajeros y personal a bordo. Lo más recomendable para situaciones como esta es que se contrate un seguro de viaje con anterioridad. (Como les comenté al principio de esta nota, llevé un seguro de viajes que no me sirvió, como lo imaginaba, al momento de requerirlo, más allá de que desde un call center me estuvieran llamando para conocer mi situación de salud, sin la posibilidad de que me enviaran a un centro médico, pues no tenían convenidos en Tijuana).

5-¿Cuáles pueden ser algunas recomendaciones para pasajeros de Aeroméxico que tengan un contratiempo por problemas de salud durante un viaje? No me refiero a la parte médica, sino al manejo administrativo.

La aerolínea puede condonar cargos administrativos, siempre y cuando se presente el comprobante médico y/o defunción. Hasta puede aplicar el reembolso del boleto. (En mi caso, en Tijuana no me mencionaron esto ni al llamar al servicio de atención a clientes).

6-Los pasajeros que pagan algún seguro y pasan por una situación de estas, podrían requerir que la aerolínea les entregue algún documento que haga constar que no pudieron proseguir el viaje. ¿Cómo pueden solicitar ese documento y qué requisitos deben presentar?

Este documento lo pueden pedir al departamento de atención a clientes; el pasajero debe enviar el comprobante médico.