Hacer voluntariado, otra forma de recorrer el mundo

En esta nota les hablo sobre uno de los programas de este tipo existentes en el país, los costos y beneficios. Algunas modalidades no tienen límite de edad para los interesados

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Existe una forma de conocer nuevas culturas, aprender otro idioma y, de paso, ayudar a quienes lo necesitan.

Hacer voluntariado es otra manera de adentrarse en las costumbres de un país diferente al nuestro y conocer fuera de las fronteras ticas.

Una de las organizaciones en Costa Rica que impulsan esta modalidad es la Asociación Cultural de Intercambio de Costa Rica (ACI), creada en 1967.

Mauricio Gabert, director ejecutivo de ACI, dice que reciben extranjeros de entre 18 y 30 años para proyectos en nuestro país y también envían a ticos como voluntarios, de diferentes edades según el programa que opten.

El tiempo en que el nacional puede permanecer en otro país va de las dos semanas hasta el año.

“La idea es hacer voluntariado, principalmente en programas sociales, pero pueden ser también ecológicos y culturales. Es bastante diversa la cartera de proyectos”, resaltó Gabert.

Para las opciones de larga duración, entre seis meses y un año de voluntariado en el extranjero, las personas deben tener entre 18 y 30 años.

No existe límite de edad para los que son de corto periodo, es decir, menos de tres meses.

De hecho, dijo que en agosto una vecina de Monteverde, de 55 años, se fue a México a un programa de voluntariado de un mes.

Quienes se suman a una de las opciones de largo plazo, reciben una preparación previa para que estén preparados para el cambio de vivir por un tiempo en otra nación. Por eso es que las salidas son solo dos veces al año, en enero y agosto.

Las opciones de voluntariado mediante ACI son las siguientes:

1-Programa International Cultural Youth Exchange (ICYE, por sus siglas en inglés). Es una federación integrada por 41 países. Consiste en un intercambio real, es decir, si Costa Rica recibe a una persona de Suiza, puede enviar a un tico a esa nación, entre seis meses y un año.

2-Volunteer Matters. Es exclusivo del Reino Unido (Gales, Escocia e Inglaterra) y solo para recibir costarricenses por un período de seis meses a un año.

3-Alliance. Plataforma de corto período europea, que permite hacer voluntariado grupal por lapsos de dos semanas a un mes en diferentes partes del mundo.

4-ICYE en corto periodo, con programas menores a tres meses en destinos asiáticos, africanos y latinos. Para Europa solo está disponible en Italia y Austria.

Como ejemplos, Gabert citó proyectos sociales con la niñez, adultos mayores o migrantes; así como culturales y ambientales.

“Una de las razones por las que la gente invierte en un programa de este tipo es por lo que logra, que se resume en crecimiento personal, aprendizaje de un idioma y generación de habilidades blandas que hoy son tan importantes para ser competitivo”, anotó.

Quienes realizan el voluntariado reciben hospedaje, alimentación, un seguro internacional con pólizas de vida, médica y de daños a terceros.

Además, quienes hacen alguna modalidad de largo periodo perciben una ayuda económica mensual para gastos básicos, así como derecho a usar el transporte local. No se trata de un salario, pues los programas no son laborales.

“Los hospedajes pueden ser con una familia o en el propio proyecto”, señaló Gabert.

El interesado debe asumir el tiquete aéreo y el costo administrativo del programa, que según Gabert va de los $350 a los $6.200, según el plazo y destino. En moneda tica, es entre ¢201.000 y ¢3,6 millones.

“Damos becas, pero son financiadas por programas europeos. La mayoría de gente que viaja con nosotros es de clase media”, añadió.

Ejemplo. Luis Calderón es una de las personas que ha participado en estos voluntariados.

Estuvo un año en Japón (entre 2002 y 2003) y ahora trabaja en ACI.

“Estuve como asistente en el sistema educativo, como asistente de profesor de inglés en kínder, escuela y colegio. También trabajé con una organización de un canadiense que daba asistencia primaria, médica, comida y ropa, a la gente que vivía en la calle”, recordó.

Calderón alaba los beneficios que tuvo por el programa, sin dejar de admitir las dificultades iniciales.

“Cuando llegué veía los rótulos en japonés y no entendía nada. En el día hacía el voluntariado y aprendí a tocar un instrumento musical japonés. Por la noche, entrenaba karate”.

“Iba a clases de japonés en un sitio para refugiados y ayudaba en inglés. Aprendí japonés. No hay palabras para explicar la experiencia, se abre la mente por la experiencia intercultural, la tolerancia, valorarse uno mismo y a nuestro país”.

Por ahora, ACI recibe entre 350 y 400 voluntarios al año y envía entre 30 y 40 ticos, la mayoría con edades que van de los 18 a los 25 años.

Todas mis notas de Ticos lejos del hogar y viajes en este enlace.