El proyecto de ley Fortalecimiento de las Finanzas Públicas hizo una parada obligatoria en la Sala IV luego de ser aprobado en primer debate en el Legislativo; ahí estará en manos de los magistrados para una consulta facultativa que tomará hasta 30 días naturales, a partir del momento en que se reciban las copias del expediente legislativo. Esto nos deja esa parte de la solución fiscal en suspenso hasta finales de noviembre.
La aprobación de este plan fiscal es vital para dar sostenibilidad financiera al Gobierno en el mediano plazo, comenzar a elevar los ingresos y evitar que las calificadoras de riesgo internacionales le metan un tijeretazo a la calidad crediticia del país, sus instituciones financieras y demás emisores de deuda.
Pero, gente, la vida continúa, y en lo inmediato, el Gobierno tiene cuentas que pagar. Aquí radica la importancia de otros frentes de atención que tiene abiertos el Ministerio de Hacienda con el fin de aplacar sus angustias financieras. Uno de ellos, crítico, vital, impostergable, es la gestión de su deuda. En esa línea de acción están el llamado “megacanje” de bonos que ejecuta este jueves 25 y viernes 26 de octubre, y sobre todo, el contrato de colocación, por $800 millones, que se adjudica, también, este mismo viernes.
Hay mucho en juego a partir de lo que se obtenga de ambas movidas de Hacienda en el mercado de bonos y, posiblemente, sea hasta el próximo lunes 29 de octubre, cuando podamos tener un panorama más completo del resultado de este combo de medidas. Pero veamos, por qué esta urgencia del Gobierno de contar con un perfil de vencimientos más holgado, y de recoger estos $800 millones.
¿Qué necesito saber?
Para poner en contexto (con música de réquiem) la importancia de estas dos operaciones, es importante tener a mano alguna información que hemos venido leyendo y escuchando en las noticias, así como de boca de analistas económicos y funcionarios de la administración pública.
1. Introitus. El deterioro de la estructura de la deuda del Gobierno puso en jaque su capacidad de pago. Entre las consecuencias de la desmejora en las finanzas públicas –donde el gasto crece y el aumento en el flujo de ingresos se estrecha–, una de las más negativas es que se hicieron más evidentes factores de riesgo en los créditos del Ministerio de Hacienda adquiridos por medio de la colocación de bonos. Su endeudamiento no solo ha crecido mucho (pasó de ser el 24,4% del PIB en el 2008, al 53,8%¹, en el 2018), sino que se incrementó la porción de deuda que tiene a tasa variable (el pago de intereses se ajusta con los cambios en las tasas de interés); elevó los vencimientos a corto plazo, con lo cual cada año enfrenta más presión para pagar el principal de los bonos; y para terminar de hacerla, subió la participación de los bonos en dólares, así que los aumentos en el precio de esta divisa encarecen más los pagos que se deben hacer, pues recordemos que Hacienda es, principalmente, un generador de colones.
Este problema del deterioro del perfil de deuda tiene otras raíces (aumento internacional en las tasas de interés, y aversión al riesgo de los inversionistas, por ejemplo), pero el resultado final es el mismo: honrar los gastos de amortización de la deuda y los gastos corrientes es una tarea que cada vez va más cuesta arriba. Hoy persiste una especie de desencuentro entre lo que los inversionistas demandan (bonos de corto plazo, en dólares y a tasas muy altas o ajustables), y los instrumentos que la Tesorería Nacional ha ofertado para captar, así que en algunos momentos el Gobierno, incluso, se ha visto a palitos para recoger dinero y pagar compromisos.
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2. Kyrie Eleison (¡Piedad! ). Se vienen gastos para Hacienda... ¡Y muchos! Como dijimos a finales de setiembre de este año, el Gobierno enfrentará un aluvión de pagos en el último trimestre del 2018: ¢704.000 millones de vencimientos de deuda, ¢500.000 millones que debe pagar al Banco Central por el préstamo con letras del tesoro, y ¢165.734 en aguinaldos, más los salarios y transferencias. Si el crecimiento de los ingresos corrientes (vía impuestos) viene a la baja, ¿dé dónde saldrá esa plata? Bueno, precisamente, la carta más fuerte que tienen las autoridades hacendarias es recoger más dinero con los contrato de colocación y refinanciar los vencimientos de deuda a mayor plazo, básicamente, patear la bola para adelante. Diciembre es un mes de mucho gasto para todos, y nuestro cuerpo lo sabe:
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3. Offertorium (hacendario). Inversionistas, ¡vengan a mí! Para reducir un poco sus presiones financieras y obtener fondos del mercado de valores (que, ciertamente, ha estado un poco escaso de liquidez), el Ministerio de Hacienda está haciendo dos cosas, como ya dijimos.
⇒ Megacanje de bonos. En dos platos, el objetivo es refinanciar parte de sus deudas. La Tesorería ofrece a inversionistas que tienen en su poder bonos de Hacienda que vencen en los próximos meses, cambiarlos por otros que vencen entre el 2021 y el 2030, y con esto logra un poco de aire para pagar. A la operación se le ha tildado de “mega” porque en realidad el monto que sale para canje es bastante elevado ¢2 billones (¢2.000.000.000.000), esto es el 5,8% de la producción del país, o el 18% de toda la deuda interna del Gobierno. Para que el negocio resulte atractivo, Hacienda ofrece una tasa de interés más alta, y compra tiempo para pagar. Aunque no se pretende canjear todo el monto, la expectativa de Hacienda es, al menos, lograr una parte. En la subasta que hizo este jueves 25 de octubre, la primera maratón de canjes, el Gobierno logró refinanciar ¢122.000 millones; el monto es relativamente bajo respecto al total convocado, pero la Tesorería espera que en la sesión de este viernes 26, el resultado sea más favorable. También hay que considerar que los canjes no se acaban hoy, y podría seguir convocando a nuevas subastas de este tipo en las próximas semanas.
OJO, adendum o posdata, como quiera llamarle (²): El Ministerio de Hacienda logró el cambio de bonos por un valor equivalente a ¢317.383 millones en el “megacanje” de deuda efectuado este jueves 25 y viernes 26 de octubre. LEA MÁS.
⇒ Contrato de colocación. El Gobierno revivió este 2018 a un muerto recién enterrado. Fue hace una año, más o menos, cuando el Ejecutivo (administración de Luis Guillermo Solís), anunció que pretendía usar la inédita figura de contrato de colocación para levantar $1.500 millones, sin embargo, en medio de dudas sobre legalidad, y con condiciones de mercado adversas, se decidió dejar desierta esta venta de bonos, en marzo pasado. El instrumento lo que permite a Hacienda es vender bonos de deuda interna en el mercado local, por medio de intermediarios inscritos en Costa Rica (bancos, puestos de bolsa), pero las emisiones las puede adquirir un banco internacional para colocarlas entre inversionistas extranjeros. ¿Es como colocar deuda externa sin necesidad de tener que pasar una ley por la Asamblea Legislativa? Sobre esto hay una gran discusión, y algunos diputados no están muy contentos con el mecanismo, pero el hecho es que las emisiones quedan registradas en Costa Rica. En fin, Hacienda anunció en setiembre que volvía a la carga (por segunda vez), con este tipo de contratos y para este viernes está prevista asignar los contratos, por los cuales los puestos de bolsa interesados deben ofertar montos mínimos de $100 millones (o el equivalente en colones), y deberán liquidar su compra dentro de las siguientes tres semanas.
4. Agnus Dei. ¡Te lo pedimos señor! Todo indica que si estas maniobras de Hacienda tienen éxito nos espera un cierre de año un poco más tranquilo desde el punto de vista de la liquidez del Gobierno (no de las angustias fiscales). Hacienda hará sus pagos a tiempo (salarios, aguinaldos y pensiones, pero también transferencias, pago a proveedores, tenedores de bonos, y al mismo Banco Central) y ganará tiempo vital mientras ocurre el desenlace de la reforma fiscal. Esta ley no deparará recursos de manera inmediata, el Banco Central calculó que será el 0,91% del PIB en el 2019, sin embargo, su aprobación traza un camino más claro sobre el compromiso de Costa Rica de atender su desequilibrio financiero. Lo anterior permitiría, incluso, pensar en solicitar un crédito externo o colocación de eurobonos para organizar mejor el perfil de endeudamiento del Gobierno.
Por el contrario, si se alcanza un monto muy bajo en el canje de bonos y los inversionistas no se interesan en adquirir una buena porción del contrato de colocación...
.... Confutatis Maledictis
Notas:
(1) Monto estimado por el BCCR en la revisión de su Programa Macroeconómico 2018-2019.
(2) Actualizado a las 5:00 p. m. del 26 de octubre del 2018.