¿Qué fallas arrastra la educación para adultos?

Falta de recursos y mala planificación afectan la calidad de los Centros Integrados de Educación de Adultos (Cindea): modalidad de educación nocturna a la que asisten más de 46.000 estudiantes.

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ser adulto y estudiar por las noches para terminar primaria o secundaria es una tarea que conlleva sacrificios. Este esfuerzo es aún más complejo para unos 46.400 estudiantes que asisten a los Centros Integrados de Educación de Adultos (Cindea): una oferta de educación nocturna del Ministerio de Educación Pública (MEP) que arrastra serios problemas de calidad, durante los últimos años.

La poca planificación, infraestructura inadecuada y una baja calidad que reciben los estudiantes en los Cindea afectan su desempeño académico de esta modalidad educativa nocturna, según anota el último informe del Estado de la Educación (2019).

Pese a que en el período 2011-2018, los Cindea registraron un aumento de matrícula (89,5%), la calidad que se ofrece en sus aulas es deficiente, debido a las serias limitaciones en términos académicos, de personal, infraestructura, material didáctico y presupuesto. “Severos problemas para ofrecer un servicio de calidad”, apunta el informe.

En Costa Rica, existen diferentes modalidades de enseñanza para adultos: los Institutos Profesionales de Educación Comunitaria (IPEC), las escuelas y colegios nocturnos, las telesecundarias, los Colegios Virtuales Marco Tulio Salazar, la modalidad de bachillerato por madurez y a distancia y los Cindea. Cada una de estas modalidades presenta sus características particulares, con la cualidad común de que atienden a personas mayores de 15 años,que desean concluir sus estudios de primaria o secundaria.

Un reporte de auditoría del MEP, del año 2018, señaló debilidades en la educación que ofrecen los Cindea tales como la falta de planificación. “Falta un sistema de información institucional adecuado a las necesidades de la modalidad (…) No hay diagnósticos suficientes y cada centro resuelve estas carencias según sus prioridades y disponibilidad de recursos”, anota la Auditoría.

“Se imparten 22 especialidades técnicas en nueve Cindea, sin mediar un estudio formal sobre las ofertas en estas regiones; tampoco se cuenta con una supervisión técnica por parte de la Dirección de Educación Técnica y Capacidades Emprendedoras (DETCE)”, añade el informe.

Mezclar edades diferentes. Otra de las fallas que arrastra esta modalidad educativa es el alto porcentaje de estudiantes que son menores de 18 años (28%) que asisten a lecciones con personas mayores, lo cual entorpece y dificulta el aprendizaje, con una afectación más directa hacia las personas más mayores.

Según la investigadora Elbia Myriam Vásquez, quien imparte educación para adultos debe considerar que es una población con características especiales: “fácil olvido, temor al ridículo y dificultad para tomar apuntes e interpretar textos e informaciones. Algunos creen que el saber se adquiere de una vez y para siempre, actúan de forma individualista, poseen conocimientos inexactos o parciales, manifiestan cansancio por su trabajo, tienen poco tiempo para estudiar y presentan preocupaciones ocasionadas por el trabajo y la familia”.

A estos factores hay que agregar las dificultades económicas que enfrentan algunos de ellos, las burlas que deben sortear por parte los compañeros menores y que el número de lecciones varía de una modalidad nocturna a otra. Por ejemplo, en el caso de la asignatura de Matemática, un estudiante en un Colegios Virtuales Marco Tulio Salazar recibe alrededor de 68 horas lectivas anuales, un 50% menos del tiempo con respecto a un colegio nocturno académico (137 horas).

Todos los factores ya señalados influyen en el desempeño académico de los estudiantes y en el índice de exclusión de esta modalidad educativa.

Para que la educación nocturna sea una llave de progreso para esos adultos que desean completar su primaria o secundaria en busca de más oportunidades, debe superar esas fallas que arrastra desde hace varios años y que conducen la ilusión de muchos hacia sueños frustrados.

Cuénteme su opinión sobre este tema en mis cuenta en Twitter (@albertobace) o al correo electrónico barrantes.ceciliano@gmail.com