Después de una semana de trabajo fuerte con las giras de ‘Pato Express’ en las que lleva productos oficiales de Alajuelense hasta la puerta de quien los adquiera, Wílmer López quería hacer algo que disfruta mucho.
Afirma que compartir con la gente es un privilegio que no cambia por nada, pero en estos tiempos de distanciamiento social, el ídolo rojinegro se puso creativo y se alió con la tecnología.
Un equipo de sonido, una consola para mezclas, un micrófono y un televisor en el que se proyectaba el escudo de Alajuelense fueron claves para que su convivio virtual con el liguismo fuese más ameno.
Tuvo al DJ Max como cómplice y cuando todo estaba preparado, iniciaron una transmisión por Instagram Live que dejó contento al Pato y a sus fieles seguidores, porque abrió su baúl de los recuerdos y mostró piezas que literalmente ve como sus tesoros.
Fue algo no tan preparado pero que con sencillez se volvió un espectáculo.
Todo comenzó con un Wílmer López que vestía una camisa roja de la Selección Nacional que tenía una historia de fondo.
Era la prenda que utilizó Bryan Ruiz en el primer tiempo del partido contra Inglaterra en el Mundial de Brasil 2014. El capitán de la Tricolor ya había confesado que ve al Pato como su ídolo y haberle obsequiado esa prenda refleja esa admiración por el exvolante.
“Para mí, Bryan es el mejor jugador de Costa Rica, esta camisa vale plata”, comentó López.
Seguidamente, apareció con una casaca blanca, también de la Sele y que era como la utilizada por el equipo de todos en el Mundial de Corea y Japón 2002.
“Fue de un partido de despedida de un jugador que a muchos no les agrada y a otros sí, nos querían poner a pelear por el puesto y es una gran persona. Es del partido de despedida de Wálter Centeno, un juego en el que yo le puse la asistencia y él anotó. Nos querían poner a pelear y nunca tuvimos un problema”, reseñó Wílmer.
Al ritmo de la pegajosa canción Tusa de Karol G y Nicki Minaj, el Pato exhibió la camisa del partido de homenaje del eslovaco Jozef Miso, a quien describió como “un jugadorazo”.
“Miso es un ídolo de Liga Deportiva Alajuelense, ¿cómo no voy a querer esta camisa?”, exclamó.
Entre risas mostró una prenda que le quedaba un tanto ajustada. Era de Cristian Oviedo, a quien le envió un mensaje solidario por la muerte de su mamá.
Después de mostrar unos pasos de baile, el ídolo liguista portó la camisa 21 del juego de despedida de Froylán Ledezma.
“El Cachorro es de los mejores delanteros, con calidad, condiciones, un fuera de serie. Un gran recuerdo y más que fue un gran amigo. Por culpa de él muchos jugadores no salieron al extranjero después, porque la Liga creía que por todos podía cobrar igual”, recordó.
Su próximo atuendo era azul y con características de indumentaria más moderna, del New York City.
“Tuve la suerte de dirigirlo en Alajuela Junior. Me la dio Rónald Matarrita y es una gran persona. Él es muy atlético y yo ya no tanto, me estoy ganando una pancita porque la verdad es que mi esposa cocina muy rico”.
López salió después con una camisa blanca de Víctor Abelenda, con quien dijo que nunca tuvieron mayor trato, pero que se la obsequió y la conserva como un grato recuerdo.
Posteriormente, se puso la rojinegra: “El dueño de esta camisa es zurdo, argentino, un fuera de serie, Pablo Alejandro Izaguirre. Él llevaba el 10, yo no, porque era muy pesado para mí y para él era ideal. Hay que preguntarle a los saprissistas lo que pensaban donde lo veían”, citó.
Con los mismos colores, pero esta vez de la marca Juga2: “Es un tesoro porque es con la que yo jugaba y que nos deparó el tetracampeonato”.
Después se puso una blanca: “La usé en una final en la que metí gol, en clásico y que fue la final de la Concacaf, recuerdos que uno guarda con mucho cariño. Anoté en el partido de ida que fue en Heredia porque la cancha del Saprissa la estaban arreglando y en el Morera ganamos 4-0”.
Sacó una manta que dice “Infinito Amor” y era la que llevaba en sus manos cuando salió a la cancha en su partido de despedida.
Luego de eso, se vistió con una camisa blanca de manga larga y mostró varias más.
“Es un homenaje a toda la afición y el lazo de cariño, de amistad con La 12 que ha estado en las buenas, en las malas y en las regulares, por eso uso esta camisa que fue un regalo. Hace años estábamos en San Carlos y yo cumplía años, se metieron a la cancha con un queque y me cantaron. A todos los aficionados gracias. Son muestras de cariño que me han dado”.
Una hora no era suficiente y el Pato le pidió al liguista que aunque la transmisión se iba a cortar porque ya se iba a completar la hora, que siguieran ahí, porque iniciaría otra de al menos 30 minutos más.
Al iniciar otro Instagram Live, primero apareció su hija Wyzangel, quien tiene mucho talento para el fútbol y cuando él volvió al ‘escenario’, contó una anécdota.
“Para mi primer clásico, íbamos saliendo a la cancha y Joaquín Bernardo Guillén me puso la mano en el hombro, como se evidencia en una fotografía que anda por ahí y me dijo vaya, juegue, haga lo suyo y si alguien lo toca yo me encargo, yo respondo por usted. Él era de esos rudos, que daba sus pataditas”.
Dijo que con aquellas palabras, Guillén le quitó estrés y le dio confianza para hacer un buen partido.
Después habló de la actualidad, al contar cómo ha sido su experiencia con ‘Pato Express’, algo que se le ocurrió para tener un poco más de ingresos en estos tiempos difíciles por covid-19.
“Soy empleado del club, nos recortaron el salario por la emergencia como ha pasado en muchos trabajos. Entonces, voy personalmente a la puerta de su casa, con medidas, manteniendo la distancia, ando alcohol, guantes, mascarilla, agüita y jabón, es cuidado personal para no llevar el virus a otro lado. Todo es muy aseado y si quieren un producto me puede escribir a wlopez@lda.cr o mandarme un mensaje al 8969-1712 que es mi teléfono del trabajo”.
Contó que desde que empezó con ‘Pato Express’ ha ido a múltiples lugares, como Cartago, San Pedro, Alajuela, Turrúcares, Moravia y hasta San Carlos, por citar algunos.
Después de ese comercial en la transmisión se animó a cantar “Manudo desde la cuna”, desde el principio y hasta el final.
“No lo canto por cantarlo, es que me sale del corazón, es un sentimiento tremendo”, pronunció.
En eso se le vino a la mente cuando un aficionado le regaló una camisa que dice “Ídolo por siempre” y a raíz de eso expresó que su deseo es haber llenado las expectativas del aficionado.
De nuevo se puso la camisa roja de la Sele y mostró las espinilleras con las que jugó la mayoría de partidos de su carrera.
“Recibieron bastantes patadillas. Una vez Gilberto Martínez me dijo que en su primer clásico lo mandaron a marcarme y que estaba sufriendo porque yo era un poco fuerte y un tanto incómodo. Me contó que no quiso y le pidió a Alexandre Guimaraes que lo hiciera otro”.
Ya era un poco tarde, dio las buenas noches y prometió que pronto volvería a compartir amenamente con la afición, de forma virtual, mientras continúa la lucha contra la pandemia.