Dicen que no hay corazón traidor a su dueño y don Juan Luis Moya estaba convencido de que tenía que ir al Estadio Alejandro Morera Soto para acompañar a su hijo Jonathan, quien se ha convertido en el delantero más regular de Andrés Carevic.
Al papá del espigado atacante le encanta vivir los juegos en el estadio, pero como reside en Santa Elena de Monteverde, no siempre puede ir.
Eso sí, cuando no acude al estadio, está pegado al televisor, siguiéndole la pista a Jonathan y a la Liga.
Don Juan Luis tenía un presentimiento de que algo bueno ocurriría el domingo por la tarde, en la sétima fecha del Apertura 2019, y por nada del mundo quería perdérselo. Y así fue: Liga Deportiva Alajuelense venció 4-1 a La U y de los tantos erizos, dos fueron de Moya.
Cuando va, no le gusta ir al palco sur ni al palco norte. Él prefiere quedarse en la gradería popular, entre la gente, donde intenta pasar desapercibido, disfrutar del juego y gritar los goles manudos al igual que todos los aficionados que tiene a su alrededor.
Pero el anonimato queda de lado cuando su jugador favorito lo delata.
Su propio hijo lo va a buscar para celebrar con él en esa esquina sureste en la que don Juan Luis conversaba de forma amena con los familiares de Facundo Zabala antes de que se iniciara el juego. Tampoco es que lo tomó por sorpresa.
En realidad, Jonathan simplemente obedeció a su papá y le hizo caso.
“Yo le dije que iba a estar ahí, en esa esquina, que me fuera a buscar ahí para celebrar los goles, yo se lo dije y no me falló”, comentó don Juan Luis.
Las imágenes de ese encuentro eufórico entre hijo y padre en medio de la celebración de ese gol con sello Moya que cayó en el minuto 29 fue muy emotivo, porque ese abrazo y ese beso entre ellos fue con mucho sentimiento.
“Yo me vine al estadio con él, desde temprano y me presentó a los compañeros. Cuando ya se tenía que ir para el camerino yo le dije que quería estar en esa esquina, porque ahí la vez pasada había celebrado con él y delante de sus compañeros le dije que ahí me quedaría para celebrar los goles, porque sentía que iba a hacer más de uno”, contó don Juan Luis.
Por más que pasa el tiempo, aún no logra encontrar las palabras para describir esas emociones que le da el ver a su retoño en la cancha.
“Esto es un sueño, uno queda como impactado, aparte de la alegría de poder celebrar los goles con él. Antes venía más, tuve un tiempo sin venir, pero ya le dije a él que estaré aquí apoyándolo más. Estuve en el clásico, ahora y ya él sabe que el sábado que jugamos contra Santos vengo otra vez para acá. Yo hago ese esfuerzo para apoyarlo más, porque uno sabe que para él es bueno saber que uno está con él”, citó.
Don Juan Luis ve a su hijo en un buen momento y tiene muchas expectativas para este torneo.
“Desde que está aquí es lo mejor que he visto para él. Principalmente lo que yo veo diferente es que desde que él se vino para acá es el apoyo de la afición, de los compañeros y del cuerpo técnico que es el que le ha dado buenas oportunidades”, apuntó.
Además, dijo: “La ventaja de él es que es un ‘nueve’, que ya nueves yo sé que casi no hay. Toda la vida él ha tenido esa ventaja, de tener ese olor a gol. Desde carajillo cuando jugaba conmigo en un equipo de veteranos era goleador, hacía muchos goles”.
En los festejos de Jonathan hay algo más y es que siempre que anota besa el nombre Julián que tiene tatuado en el brazo derecho, una forma de dedicarle el tanto a su pequeño hijo.
Alajuelense es líder del Apertura 2019 con 16 puntos tras siete fechas y el sábado, a las 7 p. m., los rojinegros recibirán al Santos de Guápiles.