La leche es un alimento esencial que ayuda a cubrir los requerimientos diarios de nutrientes, como el calcio, magnesio, vitaminas B2, B5 y B12. La leche también es fuente importante de energía alimentaria, proteínas de alta calidad y grasas.
Los lácteos son aliados importantes para mantener fuerte el sistema inmunológico y ayudar a combatir diferentes enfermedades que pueden manifestarse frente a un sistema de defensas debilitado. En especial los fermentados (leches fermentadas y yogures), son alimentos funcionales, y han sido utilizados además como materia prima y vehículos de sustancias como bacterias probióticas, fibras con características prebióticas, aminoácidos, grasas esenciales y minerales.
El consumo regular de yogures probióticos y prebióticos ha demostrado a lo largo de la historia su estrecha relación con el mejoramiento de la función intestinal y acción protectora contra los agentes patógenos que producen diversas infecciones, según la Federación Panamericana de Lechería (Fepale).
La leche puede contribuir considerablemente a la ingestión necesaria de nutrientes como el calcio, magnesio, selenio, riboflavina, vitamina B12 y ácido pantoténico, nutrientes que están relacionados directamente con el funcionamiento de nuestro sistema inmune, lo indica la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
“Es recomendable promover el consumo de leche en todos los ciclos de vida del ser humano, desde el embarazo hasta la etapa adulta, porque es un alimento importante para la prevención de enfermedades. Los nutrientes de la leche se encuentran organizados en matrices, las cuales promueven interacciones, que se han identificado, tienen efectos positivos en la reducción de riesgo de enfermedades cardiometabólicas, de control de peso y la salud ósea”, reafirmó Francisco Arroyo, gerente de mercadeo de Grupo LALA Costa Rica.