La miel y los corazones de febrero son la excusa perfecta para revisar la forma en que establecemos relaciones afectivas. Ya sea que tenga o no una relación, vale la pena preguntarse qué tanto deja que el apego sea la norma en sus vínculos.
¿Siente que la ausencia del ser amado le aniquilaría? ¿Ha dejado de realizar proyectos personales para asegurar la prsencia de la pareja? ¿Piensa que para merecer momentos de placer debe enfrentar constantes situaciones de dolor? ¿Ha perdido su personalidad en pos de la relación? Para el sicólogo Allan Fernández, la respuesta positiva a estas interrogantes, es señal de que estamos atrapados en una relación con niveles de apego.
El sicólogo define el apego como toda relación en la que se pierden los límites de la pareja. Eso de que "somos uno" no es ni sano ni romántico; lejos de lo que muchos podrían pensar -sobre todo si se encuentran en la etapa de la miel-. No existen, dice el sicólogo, niveles sanos de apego. "El apego es, al menos es mi opinión, algo enfermizo. No concibo un "buen" nivel de apego. Una relación adulta prescinde del apego. Sustituyéndolo por respeto y compromiso se eximen de la necesidad de apegarse."
Existen señales muy claras para determinar si nos encontramos en una relación de este tipo. Las personas que sienten necesidad de apego es porque carecen de madurez emocional. El pretender volverse uno con su pareja, ese "fundirse" es indicador inequívoco. Es una relación enfermiza, puntualiza el sicólogo.
"En la sociedad actual, apegarse es confundido con amor. Es por esto que encontramos tantos casos. El amor verdadero, el incondicional, no requiere de ningún nivel de apego. Tan peligroso es alguien deseando apegarse como alguien buscando a esa persona. El amor propio es fundamental en una relación que aspire a niveles de salud y riqueza espiritual", dice Fernández.
Si nos interesa construir relaciones maduras, es indispensable trabajar en el desapego. Aunque puede ser un proceso en pareja, esto resulta mucho más difícil. La recomendación de Fernández es trabajarlo de manera individual.
Este tipo de conducta no solo está relacionado a temas amorosos. Existe posibilidad de apegarse a todo aquello que podamos ver como objeto. Por lo que aplica para ideas, religiones y bienes materiales.
Como consejos para superar este problema es recomendable reconocer la situación, elegir la motivación correcta, tener compromiso con la decisión, mucha paciencia y constancia.