Puerto princepe (AP). En una de las pocas oficinas de Teleco que sobrevivió el catastrófico terremoto de enero, los agentes de servicios están sentados ociosos. No hay clientes.
La empresa estatal renquea en su intento de reanudar el servicio.
Antes del terremoto, Teleco era un emporio debilitado por la corrupción y los costos. Menos de 2% de los haitianos tenían servicio del monopolio en líneas fijas, mientras que la red de datos de alta velocidad de Teleco era minúscula.
Y si bien controlaba el espectro del servicio sin cable, carecía de servicio de telefonía celular.
Todo eso hace sorprendente la decisión de una compañía de comprar una porción mayoritaria de Teleco y se comprometa a resucitarla.
Esa compañía, Viettel, es dirigida por los militares del Vietnam comunista. Medida docena de sus ingenieros en sus almidonadas camisas trabajan perseverantemente en sus computadores portátiles en una sala al lado de la oficina de atención al cliente de Teleco.
En su primer el Hemisferio Occidental, Viettel hizo la mayor inversión extranjera directa en Haití desde el terremoto del 12 de enero. Compró el 60% de Teleco en 59 millones de dólares y se comprometió a invertir otros 40 millones de dólares para hacer que la telefónica opere de nuevo.
Viettel no sólo promete reconstruir la infraestructura de Teleco, sino también ofrecer el servicio de Internet en todos los puntos del país más pobre del hemisferio, dice Michel Presume, quien ha sido director de Teleco desde el 2006 y orquestó su venta.
Por el momento, el acceso de Internet en Haití proviene de competidores privados que cobran un promedio de 65 dólares al mes por una conexión de 128 kilobits por segundo, o no más rápido que el discado.
Presume, quien privatizó las industrias del cemento y harina de Haití, dice que esta va a marcar una gran diferencia para esta nación de nueve millones de habitantes, el 80% de los cuales viven con menos de dos dólares al día.
Viettel consiguió el control de Teleco en una licitación estructurada por la International Finance Corp., un brazo del Banco Mundial, que se organizó antes del terremoto. El banco central de Haití era el único propietario de Teleco y el proceso de venta redujo su participación al 40%.
Los dos principales proveedores de servicio de celular, Digicel y Voila, también presentaron ofertas, que fueron rechazadas.
La oferta ganadora fue anunciada en diciembre.
Los vietnamitas pudieron retirarse después de que los activos físicos de Teleco quedaron pulverizados por el terremoto, que el gobierno dice que mató a 230.000 personas y dejó a 1,3 millones sin hogar.
Pero Viettel se mantuvo firme.
Se hizo con el dominio del valioso espectro de Teleco y las licencias de Internet a cambio de comprometerse con una red nacional de fibra óptica, que transmite datos a alta velocidad, así como redes de celulares y transmisión de alta velocidad WiMax.
Viettel también se comprometió a tender un nuevo cable submarino hasta Florida y reparar una conexión bajo el agua con Bahamas, que fue dañada por el terremoto, y que nunca entró el servicio.
La compañía vietnamita afirma que puede construir en un año la columna del sistema de Internet, tendiendo 5.000 kilómetros de fibra y conectando las 10 ciudades más grandes del país, según Presume. El acceso gratis a Internet está previsto para 1.300 escuelas públicas rurales y para oficinas gubernamentales, hospitales y clínicas.
Para construir tal red se necesitará una inversión mucho mayor que la que Viettel se ha comprometido a hacer, dicen analistas y competidores, resaltando el nivel de desarrollo de Haití.
Recibimos llamadas desde afuera, pero no podemos hacerlas. La internet no funciona y las líneas directas tampoco, asegura Sulette Flurant, supervisora de atención al cliente en la oficina de Teleco donde los ingenieros de Viettel trabajan.
Viettel ha mantenido silencio sobre sus planes de revivir Teleco. Repetidos intentos de The Associated Press para entrevistar a funcionarios de Viettel fueron rechazados educadamente, tanto en su sede en Hanoi como en Puerto Príncipe.
Digicel considera que construir una red nacional de fibra óptica es algo que no resultará rentable, según su director de operaciones de Haití Maarten Boute.
La casa matriz de Voila, Triology Partners, opina lo mismo.
El ejecutivo de Triology John Stanton dijo en marzo que su propuesta para reconstruir Haití es dejar de lado las tecnologías viejas y convertir al país en la primera nación con una red de comunicaciones sin cables de cobre.
La propuesta de Stanton refleja en parte la desesperante pobreza de Haití, donde es común el robo de cables de cobre.
Gregory Groth, consejero económico en la embajada de Estados Unidos, recuerda cuando a fines de los 90 su futura esposa tenía que llamar constantemente a los técnicos de Teleco porque su servicio de dial de Internet se caía de forma permanente.
Veremos qué tan serios son (en Viettel) cuando se den cuenta lo difícil de mantener la infraestructura aquí en Puerto Príncipe, dice Groth.
Teleco no ha recaudado ni un sólo centavo desde el terremoto. Y ha pasado perdiendo plata desde el 2001, recientemente más de un millón de dólares al mes.
Ya antes del terremoto, la empresa no contaba con más de 40.000 clientes de servicio pago. Pasó de tener ingresos por 16,8 millones de dólares en llamadas internacionales en 2005 a 1,6 millones de dólares en 2008, lejos de los más de 100 millones de dólares que hacía anualmente a fines de los 90.
La baja en las tarifas internacionales y el uso de tarjetas telefónicas son parte de las causas del descalabro de Teleco. Pero también lo fue su negativa a modernizarse, dicen funcionarios.
Creo que Teleco iba a morir si Viettel no llegaba al rescate, asegura Yves Bastien, el funcionario de la oficina de privatizaciones de Haití que ayudó a cerrar el negocio.
El sistema de línea de tierra de Teleco estaba sobresaturado por llamadas, y fallaba constantemente. Conseguir una línea nueva con frecuencia llevaba años, a menos que se estuviera dispuesto a sobornar a un empleado de Teleco para instalar una no registrada, algo que solía tomar un día.
Presume dice que su madre pidió una línea cuando él estaba en el liceo.
Cuando llegué a director general, la consiguió, relata el ejecutivo entre risas. Le tomó más de 30 años.
Teleco era un molino de clientelismo, saqueada por los sucesivos gobiernos. El del Jean-Bertrand Aristide, por ejemplo, elevó de tal forma la nómina de Teleco con designaciones políticas que cuando fue forzado a salir al exilio en Sudáfrica en el 2004, el número de empleados, que era de más de 4.400, se redujo a la mitad.
Los funcionarios de Teleco también cerraron jugosos negocios con proveedores internacionales con sede en Estados Unidos.
En marzo pasado en una corte federal de Miami, el director de relaciones internacionales de Teleco del 2001 al 2003, Robert Antoine, se declaró culpable de haber recibido más de 350.000 dólares en sobornos por parte de dos empresas de telecomunicaciones de Estados Unidos y a cambio de negociar en secreto tarifas preferenciales.
El resurgimiento de Teleco enfrenta otros retos.
Fritz Gerald Charles, presidente de un grupo de ex empleados de Teleco que aseguran que la empresa les adeuda sus prestaciones y otros pagos retroactivos, dice que miembros de su grupo evitarán que Viettel funcione si no les pagan.
A ello se suma el alto costo de hacer negocios en Haití.
No hay servicios básicos. No hay carreteras. No hay títulos de propiedad de tierras, indica el director ejecutivo de Voila, Robin Padberg. La red eléctrica no es confiable, por lo que los empresarios deben invertir en costosas plantas generadoras a diesel.
Si alguien puede revivir Teleco, asegura Bastien, son los diligentes y espartanos vietnamitas.
Tanto él como otros funcionarios haitianos dicen que quedaron impresionados con el crecimiento de Viettel en apenas una década para convertirse en el principal proveedor sin cable de su país, tanto como expandir sus operaciones a los vecinos de Camboya y Laos.
Ingenieros de la compañía vietnamita también están embarcados en un proyecto de tender una cable de fibra óptica en Venezuela, de acuerdo con la empresa estatal de telecomunicaciones venezolana CANTV.
Bastien dice que los ingenieros de Viettel tienen una gran ventaja competitiva: son mucho menos costosos que sus colegas europeos y de Estados Unidos.
Los 18 o poco mas de ingenieros de Viettel, que llegaron a Puerto Príncipe en abril, comparten una casa alquilada y un par de departamentos de dos habitaciones, asegura Bastien. Y para mantener los cotos bajos, agrega, planean contratar a 50 ingenieros cubanos.