La bailarina se coloca en el centro del escenario, ataviada con una túnica de púrpura y verde vibrantes. La cara va cubierta de joyas. Lleva brazaletes de oro y campanillas en los tobillos. La experta en bharatanatyam alza la pierna hacia el cielo como la consciencia se eleva al infinito. En su rostro, sus ojos expresan la plenitud del amor corporal.
El universo entero es la danza de Nataraja, uno de los nombres del dios Shiva, en la tradición hindú. Baila para mantener en balance los cuerpos celestes y las leyes universales; también danza a la hora de la disolución del universo. Es Dios de la creación y la destrucción.
La danza bharatanatyam nació para los dioses y se convirtió en uno de los estilos de baile más representativos de la cultura hindú.Entre el 400 y el 200 a. C., el sabio Bharata Muni compiló sus enseñanzas y definió las reglas –que hasta hoy sobreviven, aunque con profundos cambios– de la disciplina del bharatanatyam . Es la danza del fuego, tradicional del estado sureño de Tamil Nadu. El agua, el aire, la tierra y el cielo tienen sus propias manifestaciones en forma de baile.
No es divertimento ni pasatiempo: se trata de la dedicación de una vida, un ejercicio constante para la conexión espiritual entre bailarina, audiencia y sus espíritus. Sin embargo, con el paso de los siglos, se han producido variaciones en esta disciplina, de modo que hoy es una forma de arte de mayor popularidad en la India.
Durante el siglo XIX, cuatro hermanos conocidos como “el cuarteto Tanjore” estudiaron y clasificaron los movimientos de baile, con lo que formalizaron su práctica. Es esta versión la que hoy se conoce.
El bharatanatyam no es una danza exclusiva de los pies ni las caderas. Se baila también con las manos, el cuello y el rostro. Además, el vestuario y los accesorios forman parte esencial del espectáculo (que es también una ofrenda).
Esta tradición combina teatro, danza, vestuario, culto religioso y reflexión filosófica en complejos movimientos de manos, pies y torso, así como de narraciones teatrales simbolizadas con la seda, el oro y la música. Es la danza que lleva a la unión efímera entre lo divino, lo eterno y lo corporal.
Fernando Chaves Espinach
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