Pero, la verdadera noticia es el tema central de investigación: ondas electromagnéticas que emanan del ADN de algunos virus y bacterias intestinales, permanecen activas aún a altas diluciones y pueden ser la causa de padecimientos como el autismo, Parkinson, esclerosis múltiple y la enfermedad de Alzheimer.
Estas investigaciones, que él comenzó y ha avanzado en París, en un campo en el que convergen la física, la biología y la medicina, han encontrado que esas ondas producen cambios estructurales en el agua en diluciones hasta de 10-18 y han evocado en algunos la vieja controversia acerca de la validez de las diluciones utilizadas en la medicina homeopática. Como él afirma, “algo, en altas diluciones, no se convierte en nada”.
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