Una vida sencilla puede legar una memoria valiosa a un país. Este es el caso de Ramón Ramírez Solano, escultor y maestro de capilla de Cartago y Puntarenas, nacido en 1888 en Cartago. Estudió en la Escuela de Párvulos, situada donde hoy está el Club Social de Cartago. Su padre fue un escultor imaginero y violinista, casado cuatro veces. Ramón fue el hijo menor de su tercer matrimonio con doña Bernardina Solano.
Los tres hermanos de Ramón se llamaron José María, Francisco y Lucas, y también fueron músicos, maestros de capilla en San José y Cartago.
Por el oficio de su padre, Ramón aprendió las destrezas de la talla en madera y el arte de la música, labores a las que lo acompañó siempre. A este aprendizaje contribuyeron las visitas a los templos de Cartago, en los que el joven Ramón Ramírez contemplaba tallas artísticas y música religiosa.
Precisamente por los constantes traslados de su familia, Ramírez fue conociendo los detalles de las diferentes formas arquitectónicas de los edificios cartagineses. Después, en su edad adulta, fue dibujando, poco a poco y de memoria, los templos visitados en su niñez y juventud. Ramírez también hizo algunos pequeños bosquejos de las rutas por las que él acostumbraba viajar.
En realidad, el cartaginés no fue dibujante profesional; nunca estudió formalmente arte; así pues, su notable habilidad para el dibujo fue natural.
Familiares del artista popular recuerdan que tenía una personalidad afable y una conducta laboriosa. Piadoso, Ramírez estaba dotado de un gran don de gentes y de servicio a su comunidad: Por todo ello gozó de estima entre la gente y las autoridades eclesiásticas.
Don Ramón falleció en junio de 1954 en uno de esos típicos días invernales de Cartago con una pertinaz lluvia de todo el día.
Herencia. Gracias a su cuidado para archivar sus documentos, don Ramón dejó un legado de 28 dibujos de templos y edificios de Cartago. Casi todos existían antes del terremoto de 1910, pero muchos ya han desaparecido: los derribó el sismo, o fueron derribados para construir otras edificaciones, o simplemente son ahora negocios comerciales.
Los dibujos existentes corresponden a la basílica de los Ángeles, la capilla Salesiana, el Convento de los Padres Capuchinos, la iglesia de La Soledad, las entradas del cementerio, el Colegio San Luis Gonzaga, el cuartel de Cartago, el mercado, el palacio de Paz, el Palacio Municipal, las dos ermitas Monseñor Sanabria y la iglesia de San Nicolás.
Figuran también edificaciones de Cot, Guadalupe, Llano Grande, El Carmen, La Pastora, San Rafael, Santa Cruz de Turrialba, Capellades, Pacayas, Paraíso y Quircot.
En uno de los dibujos, Ramírez indicó que el templo en el que hoy está sepultado monseñor Víctor Sanabria, se llamaba ermita del Triunfo.
Se reconstruyó después la ermita incluyendo pequeñas diferencias, y Ramírez las resalta en una anotación que puso en los dibujos de esta ermita –comparando la anterior con la actual–. La ermita se localiza frente al cementerio de San Rafael de Oreamuno.
Los dibujos están en poder de un sobrino de don Ramón: Bernardo Ramírez Redondo, quien también ha sido organista, profesor de música en el Colegio San Luis Gonzaga y restaurador de órganos y antiguedades.
Ramón Ramírez Solano fue un artista popular a quien las circunstancias privaron de una educación adecuada; sin embargo, ha dejado una obra gráfica delicada que nos legó para que nuestro país enriquezca su memoria.
El autor es sobrino de Ramón Ramírez Solano y estudioso de los órganos instalados en las iglesias de Costa Rica.