El aparato funciona gracias a la presión ejercida por la respiración de la nariz, que recurre al velo del paladar, explica el estudio, difundido por la Academia Nacional de Ciencias estadounidense (PNAS).
El aparato, un pequeño tubo instalado a la entrada de la nariz y conectado a un sensor que mide la presión, se parece a las pequeñas cánulas utilizadas para administrar oxígeno a los pacientes en los hospitales. Las personas no discapacitadas que lo probaron pudieron rápidamente emprender videojuegos en la computadora y escribir utilizando su respiración.
Estimulados por esos resultados, los investigadores decidieron probar el aparato con personas tetrapléjicas o con claustrofobia: una mujer tetrapléjica que sufre una esclerosis severa pudo escribir por primera vez en diez años, aprender a mover un cursor sobre una pantalla gracias a la respiración, y desde entonces utiliza el aparato para enviar mensajes de correo electrónico.