06/12/10. la antigua Aduana. El escultor costarricense Edgar Ziga Jimenez prsenta sus esculturas en metal. /pablo montiel para la nacin. (Pablo Montiel)
Las columnas que el escultor Edgar Zúñiga (1950) exhibe en la plazoleta este de la Antigua Aduana soportan la atención de los transeúntes. Son 18 imponentes estructuras de acero, cuyas oxidadas figuras abstractas confieren cierto misticismo a ese escenario urbano.
Hace trece años, este creador adoptó la columna como formato para desarrollar sus obras. Antes, Zúñiga realizaba trabajos en bronce, de carácter más figurativo. Aunque aún lo hace, ahora, el epicentro de su creación está en las columnas.
Zúñiga utiliza esas piezas porque en ellas encontró poesía. “En un proceso de investigación, vi en las columnas un elemento fabuloso desde el punto de vista simbólico. Tienen una función concreta, que es conducir una carga hacia el suelo; pero, cuando dejan de hacerlo, se convierten en pura poesía”, detalla Zúñiga.
Como la poesía, las columnas son testimonio del paso del ser humano por el tiempo. Para rescatar ese significado, Zúñiga utilizó acero de tipo corten, cuyo proceso de oxidación culmina pronto, sin dañar la pieza. Así, las obras adquierieron el aspecto añoso que pretendía darles el escultor.
Según el artista, en estas obras figuran la mayoría de aspectos que atañen al ser humano: el clima, la desigualdad social, las aspiraciones, la injusticia, el conocimiento... “Lo que intento es representar todas las tareas que debemos resolver para lograr la trascendencia”, dice Zúñiga.
Aunque la exposición se extenderá hasta el 31 de enero, el artista se siente sorprendido porque, según dice, la gente que la ha visto no cree que sea transitoria. “Todo mundo supone que está hecha para este espacio”, añade.
Por ejemplo, le han narrado el caso de una joven estudiante de danza a la que encontraron tumbada en el centro del círculo que delinean 12 de las esculturas. Cuando, preocupados, acudieron a levantarla, ella abrió los ojos y murmuró que la dejaran quieta, que tan solo quería un poco de energía positiva.
“Debido a los comentarios de la gente, el ministro de Cultura, Manuel Obregón, está muy interesado en buscar patrocinios para dejar la exposición aquí. Yo me ofrecí a donar el sesenta por ciento del costo”, expresa el artista
Zúñiga tardó alrededor de un año y medio en construir las obras. Sin embargo, algunas son más antiguas, como
Con
En los lomos de los libros que aparecen en la escultura, hay pictogramas que se traducen en sentencias como “La indiferencia es un obstáculo para el diálogo y divide al ser humano” y “Cuanto más comunicación tecnológica, menos comunicación humana”. Para hacer estos pictogramas, Zúñiga acudió a ideogramas chinos, sumerios y otros de tipo matemático.
En la exposición destacan dos monolitos:
“En esa obra intento generar una reflexión sobre nuestro clima, un clima desordenado por la injerencia del ser humano. En la pieza hay como una explosión: el clima nos está gritando que asumamos nuestra responsabilidad”, explica Edgar Zúñiga.
En un espacio aparte posan tres columnas:
En
La posición vertical recuerda a las esculturas de los
Finalmente, en la columna
Una de las obras que mejor retrata el afán de experimentar de Edgar Zúñiga es
Con esta obra, el artista le ofrece dos tazas a quien que no quiera esta sopa: la pieza, en lugar de desintegrarse en el hierro que la compone, lo hace en mármol.
Su deseo por experimentar –dice– lo ha tomado de los 27 encuentros internacionales de arte a los que ha asistido. “No todos los escultores nacionales han formado un espíritu de evolución de los conceptos. Algunos han evolucionado poco, pero yo siempre he sentido la necesidad de regenerarme”, dice.
El artista también clama por la necesidad de instalar más obra pública: “Cuanto más arte, más sociedad sensible y, por lo tanto, más justa”, plantea.
Las 18 columnas de Edgar Zúñiga parecen no sostener nada, mas lo sostienen todo: una carrera de más de 40 años y las heridas y quimeras de nuestro mundo. Aparentan ser inútiles, pero son primordiales. A fin de cuentas, eso es el arte.