Sala Garbo estrena mural realizado por artistas internacionales Zosen y Mina Hamada

El mural es creación de los artistas visuales Zosen, de Argentina, y Mina Hamada, de Japón; es su primera obra en Centroamérica

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Una salpicadura del Festival Internacional de Diseño (FID 2017) cayó directamente en la Sala Garbo.

A modo de su gran lienzo, los artistas visuales Zosen; de Argentina, y Mina Hamada; de Japón, tomaron unas de las fachadas del icónico cine y plasmaron allí un mural que no tiene nombre ni concepto definido.

Improvisar, mientras intervienen el espacio urbano, es su especialidad. El color, su marca indeleble.

“Su pasión por el color y las formas libres les llevó a colaborar en murales de varios formatos”, detalla una biografía de ambos facilitada por el FID, que acabó el domingo.

“Su repertorio abarca murales, pinturas sobre tela, ilustración, instalaciones, serigrafía y autoedición de libros. Sus trabajos conjuntos se pueden encontrar en varias ciudades de Europa, América del Norte y del Sur y Japón”, agrega la presentación.

Zosen y y Hamada, quienes residen actualmente en Barcelona, están en el país por el FID, pero el mural lo hacen gracias al patrocinio de 7UP.

“Es la primera vez que pintamos un mural en Centroamérica y estamos felices de poder dejar nuestro arte en este sitio de San José. Motivamos a los ticos a seguir llenando su cultura de color y figuras de expresión”, explicó Zosen.

“Fuimos invitados por el FID pero no nos podíamos ir sin dejar nuestra huella en el lugar. Para que la experiencia fuera completa teníamos que hacer algo”, agregó.

Para ambos artistas, lo más valioso de pintar una de los costados de la Sala Garbo es el intercambio cultural con la gente que pasa por el lugar.

“La experiencia ha sido muy positiva. La gente que va pasando se expresa sobre lo que ven. Nos comentan sobre los colores y exclaman: ‘¡Ahora sí que se ve alegre!’. Cuando eso sucede sabemos que el trabajo ha llegado a su fin, pues lo que pretendemos es que la obra dialogue con la gente, con los ciudadanos”, agregó Zosen.

Nicollete Baker, administradora de la Sala Garbo, elogió el trabajo de los artistas.

“Desde hace años había solicitado que hicieran un mural en el cine. Al fin se dio. Me encanta el mural, le da una gran vida al cine y a toda la calle. Espero que en el futuro otros artistas quieran pintar el resto de de la fachada”, expresó Baker.