Es el presidente de la segunda empresa que tiene la deuda más grande con el desaparecido Banco Anglo (¢2.800 millones, solo el saldo principal).
Óscar Echeverría accedió a explicar la historia de esta deuda. A continuación, algunas de sus apreciaciones.
Buscamos entender cómo se llegó a acumular esta deuda. Primero usted hereda el proyecto...
Yo recibo el proyecto en el año 1992, mi suegro lo empieza, él se enferma, yo participo en el proyecto ayudándole, él muere. Entonces, yo quedo con el proyecto.
¿El proyecto, cuando nace, solicita financiamiento?
El proyecto nació con financiamiento.
Operó normalmente'
Arranca como tiene que arrancar, tiene problemas de comercialización al principio. No es de extrañar porque estamos yéndonos a una zona, al Pacífico, donde no están operando las transnacionales normalmente, todas operan en el Atlántico. Eso sabíamos que iba a tener un proceso de buscar el cliente correcto y el comprador correcto y, al principio, Nobility no fue una buena opción.
Cuando uno ve las listas del Anglo, lo primero que se pregunta es por qué no ha pagado. ¿Qué pasó? La historia es larga'
Se la digo más rápido. Las fincas llegaron a tener un endeudamiento, producto de la situación del mercado. Posteriormente, logramos readecuar la finca, que eso es muy valioso; eso lo logramos hacer en el año 98, y en el 2001 estábamos en el proceso de rehabilitación de la finca, a diferencia de lo que Corbana venía haciendo, que era cerrando.
”Estábamos rehabilitando la finca con un sistema de alta producción que pudiera salir adelante para que después del 2013 empezáramos a pagar la deuda.
”En el 2001, Corbana, producto de un volante que nos pone, nos confunde a los trabajadores y les dice que a nosotros nos dieron un dinero de los dos centavos para pagar el pasivo laboral de ellos, y que, de alguna forma, nosotros no lo entregamos, cosa que nosotros siempre que recibimos los dos centavos fue para rehabilitar la finca.
”Corbana les cambió el uso a los fondos; cosa que nosotros reclamamos”.
¿Qué va a pasar? Si en algún momento se desalojara, el fideicomiso (del Central) la remata, pero ya no cubre la deuda.
Es una bola de nieve porque, en estos diez años de no desalojo y de pérdidas de plantación, se acumula deuda, deuda y deuda.
Si la finca vale poco'
La finca no va a responder ante la deuda.
¿Se seguiría sobre otros bienes suyos?
Es que la garantía era la finca, la plantación. Eso no debería haber sido así. Por eso le explico todo esto. Sí se podía, y eso es lo que está mal, y no solo sucedió en el caso de Chánguina, sino en las otras 13 fincas. Hasta que nos muramos vamos a seguir reclamando.