Muy cerca del puente del río Grande de Tárcoles, donde cientos de turistas se detienen a diario para ver de lejitos un centenar de cocodrilos, está el restaurante Nambí; espacio donde la cocina costarricense de autor se disfruta a un buen precio.
La oferta del restaurante lleva a algunos comensales a tomarse un par de minutos, mientras se decide por una de las variadas y originales recetas del chef Alexander Vargas.
Las entradas son un abanico de productos del mar, comenzando por unos mariscos (¢8.000), que mezcla los camarones, con el pulpo y los calamares, aderezados con jugo de limón y culantro.
El caldo porteño (¢3.200), con sus mariscos variados o un aguape fresco del chef (¢3.500), que integra en un mismo plato, un tradicional ceviche de corvina, con trozos generosos de aguacate y una bella decoración del chef.
Carnes propias. Uno de los orgullos del chef Vargas, es el uso de carnes criadas en una finca de los propietarios del restaurante, porque eso le asegura al cliente que la materia prima es cuidada con estándares de calidad y buena alimentación.
Por eso, asegura, con toda confianza que el rib-eye steak de 300 gramos (¢9.000), el lomito de 250 gramos (¢9.400) o el porther house de 500 gramos (¢12.000) tienen un sabor único y sin nada que envidiarle a cortes de carnes importadas.
Los mariscos como plato fuerte tienen un lugar igualmente importante, desde el pargo rojo (¢8.500) hasta el mix o mariscada (¢9.900).
Además, se ofrece desde el tradicional casado, ensaladas, hasta antojerías como quesadillas de pollo, alitas caribeñas o ensaladas.
En sentido Orotina Jacó, Nambí se encuentra antes de ingresar al puente, a mano izquierda. Abre todos los días, de 7 a. m., a las 5 p. m.