Washington. AFP Tras haberlo pospuesto debido a las condiciones de los vientos, la agencia espacial estadounidense (NASA) lanzó ayer dos naves no tripuladas que tienen como objetivo estudiar el “corazón” de la Luna y revelar cómo se formó este satélite natural hace unos 4.500 millones de años.
El cohete Delta II sirvió de medio de transporte a la misión Grail que estudiará la Luna. El lanzamiento se realizó a las 7:08 a. m. desde la base de la Fuerza Aérea en Cabo Cañaveral, en Florida.
Los investigadores esperan que esta misión responda algunas de las incógnitas sobre el “lado oscuro” de la Luna, que los humanos nunca exploraron, y también que aporte datos sobre cómo se formaron otros planetas rocosos, como la Tierra, Venus, Marte y Mercurio.
“ Grail es una misión que estudiará el interior de la Luna desde la corteza hacia el centro”, dijo María Zuber, principal investigadora del proyecto, cuya inversión ascendió a $500 millones.
Según lo previsto, las naves gemelas que constituyen esta misión viajarán a la Luna por más de tres meses. Una de las naves entrará en la órbita lunar en la víspera de Año Nuevo; la segunda, el propio día de Año Nuevo.
Una vez allí, ambas naves se alinearán y “esencialmente se perseguirán la una a la otra en una órbita polar mientras la Luna rota lentamente debajo de ellas”, dijo Zuber.
Las dos se ubicarán a unos 55 kilómetros sobre la superficie lunar, con una distancia entre ellas de 60 a 225 kilómetros.
El dúo logrará el principal objetivo de su misión: entender cómo es el interior de la Luna mediante la realización de una serie de mediciones del campo gravitatorio de baja altitud usando un instrumento conocido como Ka-band.
Asimismo, estos estudios permitirán a la NASA hacer ajustes sus naves con el fin de ejecutar alunizajes más seguros.
La misión en sí misma es relativamente breve: 90 días una vez que las dos naves se pongan en órbita.
Unos 40 días después de terminar su trabajo, el dúo de naves se dirigirá a la superficie lunar. Se espera que el análisis científico continúe por un año.
La misión Grail forma parte del programa Discovery , el cual ya lanzó una decena de naves desde 1992 para estudiar el sistema solar.
Zuber señaló que la Luna ha sido tempranamente estudiada, desde los albores de la era espacial en 1959, con un total de 109 misiones de varios tipos.
Doce personas pisaron la superficie lunar y 382 kilos de rocas y muestras del suelo fueron traídas a la Tierra para ser estudiadas.
Además, tres satélites científicos están actualmente orbitando la Luna, recordó la investigadora.
“Teniendo en cuenta toda esta actividad, ¿sabemos todo lo que nos gustaría saber sobre la Luna? En pocas palabras, la respuesta es no”, admitió Zuber.
Los científicos creen que la Luna se formó cuando un objeto del tamaño de un planeta se estrelló en la Tierra, arrojando una cantidad de material que eventualmente se convirtió en lo que ahora se reconoce como el desolado satélite terrestre.
Sin embargo, el mes pasado, un estudio publicado en la revista Nature planteó nuevas preguntas sobre los orígenes de la Luna.
Un nuevo análisis de los isótopos de plomo y neodimio, hallados en muestras de rocas de magma, mostró que la Luna tiene 4.360 millones de años, lo cual significa que es hasta 200 millones de años más joven de lo que se creía.
El estudio sugirió que las cortezas más antiguas de la Tierra y de la Luna se formaron más o menos al mismo tiempo, justo después de la enorme colisión.
“La extraordinaria juventud de esta muestra lunar significa que, o bien la Luna se solidificó mucho más tarde que lo estimado anteriormente, o tenemos que cambiar nuestra visión de la historia geoquímica de la Luna”, dijo Richard Carlson de la Institución Carnegie para la Ciencia.