San Carlos. Una notoria mejoría en su salud muestra desde el domingo el relojero de apellido López, sospechoso de haber provocado el incendio que quemó su casa en Santa Rosa de Pocosol, San Carlos, y en el que murió su esposa y un nieto de nueve años de edad.
La mejoría hizo que los médicos del Hospital San Carlos lo trasladaran del Área de Pacientes Críticos al Salón de Cirugía de Hombres.
Así lo informó el doctor Rodríguez Zúñiga quien este lunes tenía a su cargo temporalmente la jefatura de la sección de Urgencias.
Rodríguez aclaró que los exámenes de sangre que se le hicieron a López de 51 años, revelaron que este no consumió veneno alguno.
“Ese paciente lo que tiene son quemaduras de primer y segundo grados –las más leves– en una parte de su cara, brazos y piernas”, agregó el profesional.
La mañana del trágico incendio, tanto vecinos como el socorrista de Cruz Roja que atendieron a López, dijeron que este les afirmó que él había tomado Gramoxone, veneno que generalmente resulta letal.
Tal versión llevó, el mismo día de los hechos, a dos agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) a buscar minuciosamente entre los escombros y en la joyería donde López fue hallado bocabajo, el recipiente que supuestamente contenía el veneno, pero el resultado de la pesquisa fue negativo.
El médico Rodríguez Zúñiga enfatizó en que las muestras de sangre analizadas en laboratorio descartaron que el esposo y abuelo hubiese consumido Gramoxone.
“De momento no sabemos en cuanto tiempo podría dársele de alta. Su salida dependerá de que no sufra alguna complicación”, indicó el profesional en Medicina.
Dos miembros de la Fuerza Pública custodian a López día y noche por razones de seguridad. Además, Maynor Chacón, fiscal del caso, instruyó al hospital para que comunique al OIJ cuando se tome la decisión de darle la salida.
“El OIJ tiene orden de detenerlo y presentarlo en mi despacho para indagarlo”, explicó Chacón.
El único sospechoso. El representante del Ministerio Público dijo el sábado que de momento López figura como el único sospechoso de haber prendido fuego a su casa, situada frente al costado norte de la Escuela de Santa Rosa de Pocosol.
La Fiscalía le atribuye las muertes de su esposa Margarita Carazo Leiva de 51 años y su nieto Kevin de nueve años , por las que se le abrirá una causa por dos delitos de homicidio calificado y uno de incendio.
Los vecinos de las víctimas han mencionado posibles móviles, pero ninguno ha sido confirmado.
“Nosotros somos los más sorprendidos con lo sucedido ya que López y su esposa daban la impresión de llevarse muy bien”, dijo Lucrecia Rivera, dueña de una peluquería situada a pocos metros de la casa de la familia López Carazo.