Los problemas de comunicación entre la Casa Presidencial y la Asamblea Legislativa entrabaron el avance de los planes prioritarios del Gobierno.
Así lo señalaron a La Nación cinco de los siete jefes de bancada de la oposición, que ahora pretenden controlar el Congreso.
El jefe de fracción del Partido Acción Ciudadana (PAC), Juan Carlos Mendoza, achaca el poco avance de las prioridades del Gobierno a un asunto de gestión.
“El Poder Ejecutivo no ha podido gestionar sus grandes temas”, opinó Mendoza.
Otro de los problemas apuntados por la oposición es la inexperiencia de los congresistas; al menos este es el criterio confeso del jefe del Movimiento Libertario, Danilo Cubero.
“Aquí la gran mayoría somos diputados por primera vez; este es un año de aprendizaje y queda claro que el Gobierno de este país no tiene rumbo”, expresó.
A esto se suma la cadena de tropiezos que sufrió Marco Vargas como ministro de la Presidencia en los 11 meses que duró su gestión al lado del gobierno de Laura Chinchilla.
El mismo Vargas señaló las dificultades para negociar y empujar los planes prioritarios del Gobierno, que vieron un avance en tres proyectos sustanciales: las reformas constitucionales para aumentar la inversión en la educación, dar rango constitucional al solidarismo, así como la aprobación de créditos internacionales para infraestructura.
Estos planes y otros menores se vieron empujados por un arranque vigoroso, que procuraba hacer que la ciudadanía olvidara pronto el frustrado aumento salarial, la primera prioridad de los diputados y que minó la comunicación con la Casa Presidencial, como lo reconoció el propio Vargas.