Washington. EFE. Los humanos primitivos ya fabricaban colchones a base de hierbas y plantas medicinales hace 77.000 años, unos 50.000 años antes de lo que se creía, según un estudio publicado en la revista Science .
Los restos de lecho vegetal fueron descubiertos en las excavaciones del refugio de piedra de Sibudu, en la provincia de KwaZulu-Natal, por el equipo que dirige el profesor Lyn Wadley de la Universidad de Witwatersrand.
Según los investigadores, son aproximadamente 50.000 años más antiguos que otros ejemplos conocidos, por lo que coinciden con otros comportamientos que introdujo el hombre moderno a su vida cotidiana como es el uso de cuentas de concha y tecnología de piedra.
Los expertos destacan que modificar el espacio vital del hábitat, incluyendo el entorno del dormitorio, es un aspecto importante del comportamiento y la cultura humana por lo que estos hallazgos aportan información valiosa sobre los primeros seres humanos modernos en el sur de África.
El profesor Wadley y su equipo encontraron, en 1998, una veta con al menos 15 capas diferentes que contenían restos de lechos vegetales. Se trataba de bandas compactadas de hierbas y otras plantas que podrían haberse utilizado para protegerse de los insectos.
Varios de los restos de plantas fosilizados fueron identificados como Cryptocarya, planta de la familia de los laureles, que se utiliza en la medicina tradicional.
La botánica Marion Bamford identificó restos de Cryptocarya woodii , cuyas hojas trituradas emiten rastros de químicos que tienen propiedades repelentes a los insectos.
“La selección de esas hojas para la fabricación del colchón apunta a que los primeros habitantes de Sibudu tuvieron un conocimiento de las plantas y su uso medicinal”, dijo Wadley.
Los investigadores creen que los pobladores recolectaron las semillas y plantas cerca del río Thongathi y usaban el lecho de plantas no solo para dormir, sino también para trabajar sobre él.
La secuencia estudiada, de tres metros de grosor, abarca un período entre 77.000 y 38.000 años, lo cual indica que los humanos estaban constantemente fabricando esos colchones vegetales. Asimismo, los análisis revelaron que quemaban las camas, de manera periódica, “probablemente para deshacerse de plagas”, dijo Christopher Miller, de la Universidad de Tubinga (Alemania).
Eso es algo que, según explicó, hacían para preparar el sitio a nuevos ocupantes y representa un nuevo concepto en el uso del fuego para el mantenimiento y la ocupación de un lugar.