Auguste Rodin tenía cuarenta años cuando el Ministerio de Arte y Cultura de Francia le encargó el proyecto escultórico que guiaría su camino creativo: La puerta del infierno , un bajo relieve para la puerta del Museo de Artes Decorativas de París e inspirado en la Comedia de Dante. A partir de 1880, Rodin se dedicó por completo a la que sería su obra maestra. Trabajaría en este grupo escultórico de 180 figuras por casi cuarenta años; desgraciadamente, su muerte, en 1917, le impidió concluir la obra.
Rodin estudió a Dante. La puerta fue su campo de experimentación, y trabajó en dibujos y maquetas. De esta investigación, el artista creó estudios de figuras que formarían esculturas totalmente autónomas. Serían sus obras más valoradas por la historia del arte, como Figura cayendo, Mujer en cuclillas y El pensador (escultura que corona el dintel de la puerta y hace alusión al escritor Dante que medita en su obra). La puerta es de inspiración renacentista. Luego de un viaje a Italia, Rodin quedó impresionado por la obra de Miguel Ángel; le atribuiría su liberación del academicismo.
La puerta alude a la Puerta del paraíso , de Ghiberti, pero Rodin plantea una reflexión sobre la condición humana, el amor y la condena, en una versión más infernal y caótica, muy distante de la calculada, ordenada y estructurada obra de Ghiberti en el Baptisterio de Florencia.
Las figuras en La puerta del infierno tienen una fuerza vital muy parecida a la de los esclavos de Miguel Ángel. La línea inacabada y el juego con el claroscuro se perciben en los cuerpos, y las figuras contorsionadas dan dinamismo a la composición. Este caos nos recuerda a la obra de El juicio final del escultor renacentista.
Generalmente, la obra de Rodin se ubica dentro del movimiento impresionista por su interés en los efectos de la luz en los volúmenes; sin embargo, en el relieve de la puerta se sienten reminiscencias del Romanticismo y del Simbolismo, muy propios del poemario Las flores del mal , de Baudelaire.
Rodin llegó para poner fin a la mímesis en la escultura, usó la anatomía para expresar la espiritualidad, y propuso nuevas concepciones de la escultura pública al eliminar el pedestal por considerarlo elitista. Por tales aportes, a este escultor de fines del siglo XIX y principios del XX se lo conoce como el primer escultor moderno de la historia del arte.